Pablo Rojo Barreno.
29/04/2019
Las lecturas y opiniones sobre el resultado electoral de ayer son tan variopintas como sociólogos, psicólogos y politólogos existen en cada familia española, sea cual sea su modelo. Sin embargo, los datos de los resultados electorales demuestran que; una vez más, la estrategia del miedo perpetrada por el PSOE ha funcionado. Si bien se trata de una constante histórica del viejo partido que lleva condicionando la vida de los españoles durante el último siglo, exceptuando el periodo de la dictadura franquista entre 1939 y 1975, creo que no hace falta remontarse demasiado en la historia para sostener que el PSOE es maestro en estremecer a la sociedad española en su provecho.
No hace tanto tiempo desde los sangrientos atentados del 11 de marzo de 2004 cuando, mientras los 60 forenses madrileños apenas habían comenzado a identificar a los 192 asesinados por los terroristas, numerosos españoles convocados el 12 y el 13 de marzo de 2004 por el PSOE y la “Plataforma Cultura Contra la Guerra”, promovida por la Unión de Actores cuyos miembros integraron luego los “Artistas de la Ceja”, se manifestaron frente a las sedes del Partido Popular gritando consignas acusatorias tremebundas como: «las bombas de Irak estallan en Madrid», «Aznar, culpable, es el responsable». Estas manifestaciones y sus consignas fueron propagadas hasta la saciedad por el potente grupo PRISA y otros grupos mediáticos, organizaciones pantalla del PSOE y sus sindicatos. Para rematar la función, el químico estratega del PSOE de entonces y amigo de José Félix Tezanos Tortajada; Alfredo Pérez Rubalcaba declaraba: «Los ciudadanos españoles se merecen un Gobierno que no les mienta, que les diga siempre la verdad». La mayoría acongojada llevó al entonces desconocido y sonriente José Luis Rodríguez Zapatero al Palacio de la Moncloa.
Sin desdeñar los errores y la notoria pusilanimidad ideológica con que Rajoy el Parsimonioso impregnó al Partido Popular, hasta el punto de contribuir en buena parte al surgimiento de Ciudadanos y Vox, lo evidente es que el PSOE dirigido por Pedro Sánchez Pérez-Castejón ha sabido, con la inestimable ayuda de los medios afines y de titularidad pública que controla, convencer a muchos españoles de las bondades de su talante negociador con los separatistas supremacistas y, sobre todo, del peligro que suponía para su tranquilidad la irrupción de Vox.
La estrategia del caracol consistente en pregonar con pavor que viene el lobo de la derecha, junto con el no menos calculado dontancredismo del Doctor Sánchez y sus adláteres, consistente en esconder los grandes retos que los españoles tenemos por delante, han funcionado perfectamente y logrado sus objetivos con creces. Así, esa izquierda reaccionaria que describe contundentemente el profesor de Filosofía Política de la Universidad de Barcelona; Félix Ovejero Lucas, la desnortada izquierda posmoderna que, sin embargo asegura tener la varita mágica que resuelve todos los problemas a través del erario de obligado cumplimiento, la inventora y promotora de la corrección política y veneradora del Estado patrón, retorna al poder que, en realidad, en España lleva disfrutando desde 1982.