HACIENDO AMIGOS. SOBRE MASCOTAS Y CAMBIO CLIMÁTICO

26/07/2021.

Sé bien que con este suelto me ganaré antipatías y hasta enemigos, pero también sé que algún alma caritativa se comparecerá y atenderá y entenderá mis cuitas.

Abunda la buena gente que está preocupada por el desastroso estado del planeta Tierra, otros dicen Gaia y Pachamama. Máxime ante los lúgubres augurios sobre las consecuencias del calentamiento global que, al parecer, su solución no solo requiere grandes esfuerzos financieros y tecnológicos por parte de la humanidad culpable del problema, también precisa de héroes adolescentes, Herculitos y Herculitas que en «nombre de la justicia climática» nos acongojen gritándonos: «No quiero que tengas esperanza, quiero que entres en pánico». Y en esas estamos, pues cada gran causa precisa de grandes villanos y en el caso de esta; somos Usted y yo.

De entre los animales domesticados por los crueles humanos (no me digan que no me pongo correctísimo), los rumiantes, a pesar de ser radicalmente vegetarianos, que digo, veganos de suyo, de darnos sin rechistar leche, lana, cuero y carne, no son muy simpáticos ni mucho menos zalameros. Y entre los menos zalameros destaca el ganado vacuno que, para más inri, parece que sus pedos de metano producen hasta el 14% de todas las emisiones de efecto invernadero. Por consiguiente, siguiendo las indicaciones del Ministro Garzón, hay que reducir el número de vacas al mínimo para evitar semejante daño y el no menos peligroso que genera su sabrosa carne y su leche generadora de mantequilla, quesos y yogures malignos.

Mucho más simpáticos, zalameros y obedientes son los cánidos y algo menos los gatos, aunque adorables, suaves al tacto, eróticos sus dulces ronroneos y hasta juegan al escondite. Por estos méritos ambos han pasado en unos decenios de ser ayudantes de caza y severos guardianes de ganado y haciendas, a animales de compañía o mascotas obedientes. Solo tienen un par de pequeños defectos, no terminan de adaptarse a los retretes humanos ni a la alimentación vegana. Es más, siguen comiendo carne como posesos.

En España, la Red Española de Identificación de Animales de Compañía (REIAC), calcula que en 2019 había unas 13 millones de mascotas registradas, aunque admiten que puede haber otros 10 millones sin registrar, en concreto se calculan 15 millones de perros y 2,5 millones de gatos que viven en el 36% de los domicilios particulares. Respecto al gasto medio de cada animal de compañía, calculan que supera los 1.200 euros al año, mientras que deducen que los españoles invierten tres horas diarias en sus mascotas. Poco me parece cuando veo como los cuidan mis amigos, siempre atentos a sus necesidades y alimentados a placer, con pienso envasado en paquetes y latas más relucientes que los de cereales infantiles y las de caviar Beluga Caspian Pearl. ¿Y qué ingredientes contienen esos magníficos alimentos para nuestras obedientes mascotas? Pues principalmente salmón, pollo, cordero, buey, vaca y pavo. Eso si, de alta calidad y super ecológicos, sin soja, trigo ni maíz añadidos, sin colorantes, aromatizantes ni conservantes artificiales.

Teniendo en cuenta que un perro medio adulto puede ingerir 1 kg de pienso al día y un gato 70 gramos. Que en Europa, según la FEDIAF (European pet food industry), en 2019 había 90 millones de perros y 110 millones de gatos. Que estos animalitos consumieron 8,5 millones de toneladas de salmón, pollo, cordero, buey, vaca y pavo ecológicos. Que sus amos gastaron 21.800 millones de euros ese año en alimentarlos. Que si son cívicos, como se supone, los amos europeos para sus mascotas consumen, al menos, 73.000 millones de bolsas de plástico más los correspondientes accesorios de recogida y otros cachivaches cada año (algunas bolsas se anuncian biodegradables y perfumadas), con un costo aproximado de 8.000 millones de euros, para recoger las boñigas que sueltan sus animalitos cada día en las calles y jardines de Europa. Que el incremento anual de piensos para mascotas es del 2.8%. Teniendo estos datos en cuenta, ahora, si les apetece, deduzcan el metano, la energía, los envases y la logística que precisan sus mascotas y luego hablamos del efecto invernadero, la regresión demográfica y el hambre en el mundo.

¿Cambio climático o urbanismo salvaje?

Las riadas en Alemania, Bélgica y Holanda

 

17/07/2021

Los “expertos” en cambios climáticos y otras hecatombes por llegar, aseguran que la catastrófica riada consecuencia de las copiosas lluvias entre el 14 y el 16 de julio en varias regiones de Alemania, Bélgica y Holanda, tienen su principal causa en el calentamiento climático. Al mismo tiempo, los medios de comunicación titulan gregariamente y sin aportar datos: “Alemania registra las peores inundaciones en lo que va de siglo”.

Ciertamente en la zona desbastada ha llovido mucho, nada menos que 148 litros por metro cuadrado en 48 horas, pero es innegable que la historia registra terribles riadas con miles de víctimas en esas regiones de Europa: 1170, 1287, 1304, 1342, 1362, 1634 … La trágica más reciente en la que perecieron 340 personas, se registra en 1962 un poco más al norte de la actual. Así, las riadas en Renania-Palatinado, Renania del Norte-Westfalia, la Valonia belga y el Limburgo de los Países Bajos, son recurrentes cuando el Rin y sus afluentes Mosela, Vesdre, Ourthe, Düssel, etc, incluyendo al casi riachuelo Erft (me recuerda la terrible inundación de Sevilla en 1961 por la inusitada crecida del arroyo Tamarguillo) que está vez ha sido el más destructor, aumentan exponencialmente su caudal cuando acontecen copiosas precipitaciones tormentosas en su cuenca.

Pero hoy los datos contundentes son enemigos del discurso políticamente correcto con que nos inunda cada día, las nomenclaturas archiverdes de la UE. Solo de pasada, algunos medios han dejado caer la posibilidad de que una urbanización masiva y descontrolada en zonas inundables de los cauces de los ríos, pudieran haber aumentado los efectos de las tormentas causadas por el cambio climático que nos quebranta. Porque es archisabido que las tormentas e inundaciones no son nada nuevo en Rhein-Erft-Kreis, un área salpicada de minas a cielo abierto que históricamente se utilizaron para extraer carbón, grava o arena. Y ocurrió que al mismo tiempo que se construían chalets a orillas del bucólico río, los propietarios de la cantera de grava Blessem solicitaron una expansión en 2015, solicitud que fue concedida por las autoridades locales bajo la condición de construir un muro de contención de 1,2 km, con el fin de evitar que la sima de la mina se convirtiera en un embalse incontrolable en caso de riada. Pero el muro protector entre la excavación de grava y el cauce del Erft resultó ineficaz ahora porque el río se desbordó aguas arriba de la mina, desencadenando ríos de agua por las calles de los pueblos, corrimientos de tierra y acumulaciones de agua en las zonas más bajas.

El reputado geógrafo, Matthias Habel ha puesto las cosas en su sitio: «Cuando el Erft rebasa Erftstadt ya no es un río que fluye naturalmente sino una especie de canal enderezado artificialmente. Entonces, fluye mucho más rápido desde aquí y carece de las llanuras de inundación naturales que podrían hacer frente al desbordamiento».En román paladino, minas y urbanizaciones a orillas del río han cubierto las llanuras de inundación naturales creadas por el río.

LA AGENDA DEL PSOE CAMINO DE SERVIDUMBRE

El PSOE dirigido por Pedro Sánchez Pérez-Castejón, tras ganar la moción de censura contra Rajoy gracias a su alianza con Podemos, Izquierda Unida, Esquerra Republicana de Cataluña, Partido Demócrata Europeo Catalán, Compromís, Partido Nacionalista Vasco y Nueva Canarias el 1 de junio de 2018, logró aumentar su representación parlamentaria convocando dos elecciones generales en pocos meses. La ultima intentona fue el 10 de noviembre de 2019 donde el PSOE logró el 28% de los votos y 120 escaños (tres menos que en la anterior legislatura). Ante el fracaso, Sánchez se desdijo de sus promesas electorales y se abrazó con Pablo Iglesias Turrión después de acordar un gobierno de coalición con Unidas Podemos. Así, Sánchez Pérez-Castejón fue investido presidente del consejo de ministros del gobierno de España el 8 de enero de 2020, gracias a los votos de PSOE, Unidas Podemos, Partido Nacionalista Vasco, Más País-Compromís, Nueva Canarias, Bloque Nacionalista Gallego y Teruel Existe, junto con las abstenciones de Esquerra Republicana de Cataluña y Euskal Herria Bildu. Un día después Sánchez formó el llamado «gobierno Frankenstein», denominación articulada por el predecesor de Sánchez, Alfredo Pérez Rubalcaba porque: «los socialistas “no pueden” ir a la investidura de la mano de partidos independentistas que quieren romper aquello que ellos quieren gobernar».

Los hechos evidencian el regocijo de Sánchez al frente de su gobierno Frankenstein. Un gobierno que cuenta nada menos que con 22 carteras ministeriales, incluyendo dos ministros comunistas como aquellos gobiernos de Largo Caballero y Juan Negrín López en plena guerra civil, 30 secretarías de estado, 40 direcciones y subdirecciones generales y 740 altos cargos nombrados a dedo. No solo es un gobierno elefantiásico y gravoso, también tenaz, incluso pertinaz.

Desde la gestión de la COVID-19, llena de subterfugios propagandísticos, improvisaciones, grandes negligencias, aberrantes dictámenes, exigua ciencia y falsos o clandestinos expertos, hasta la amnistía camuflada como indultos individuales a los dirigentes separatistas condenados por sedición y malversación por el Tribunal Supremo, el gobierno sanchista ha presentado oblicuamente su agenda autocrática afanándose en someter fieramente a su conveniencia los poderes del Estado, mediante el control de la abogacía del Estado, la Fiscalía, la limitación del Tribunal Constitucional, la crítica grosera al Tribunal de Cuentas por no plegarse a sus designios y la deslegitimación del Tribunal Supremo al revocar de facto la sentencia del procés con la concesión de los indultos de los condenados.

Además de la ocupación y manipulación de órganos e instituciones del Estado y las coacciones descaradas al poder judicial cuando trata de defender su independencia, el gobierno Frankenstein presidido por Sánchez Pérez-Castejón recurre contumaz a los decretazos (van cerca de 100 decretos leyes en esta legislatura) para esquivar a las Cortes. Los decretazos, las leyes aprobadas sin apenas debate parlamentario y los proyectos de ley, tienen el denominador común de ser un reservorio ideológico que comprende un trasnochado antifranquismo sobrevenido, un quimérico republicanismo, un revoltijo de feminismo queer con constructos teóricos tribales y la asunción del neomarxismo posmoderno. Esta amalgama populista al estilo del socialismo del siglo XXI, incluye la fraternidad con el separatismo supremacista al compartir la intención de degradar o enmendar soterradamente la Constitución. Son leyes y proyectos de contenido y redacción glotopolítica netamente orwelliana, donde al lenguaje inclusivo se suman los conocidos constructos lingüísticos posmodernos de manipulación. Paradigmáticas como tratados ideológicos y de seudo-ingeniería social son: la ley Orgánica de Modificación de la LOE (LOMLOE) o ley Celaá de educación y la ley de eutanasia. Estas leyes parecen moderadas si las comparamos con proyectos de ley como el de la garantía integral de la libertad sexual (si es sí) la Trans, LGTBI, la de Memoria Democrática, la reforma de la Ley de Seguridad Nacional, etcétera.

El varapalo sufrido por el PSOE con la apabullante victoria de Isabel Díaz Ayuso en la Comunidad de Madrid, no ha cambiado su hoja de ruta un ápice. Tampoco parece que ha servido de aviso a los merodeadores de Moncloa, por lo que no pocos ciudadanos se han visto sorprendidos por el apoyo explícito de sindicatos, empresarios, banqueros y banqueras hereditarias, obispos fariseos y saduceos, tertulianos y medios dependientes del erario, al discurso sanchista que dice perdonar a los secesionistas catalanes para lograr la concordia porque, en el fondo, todos somos un poco culpables. Por supuesto se daba por descontado el apoyo más o menos entusiasta al gobierno de Sánchez de los lobbies empresariales catalanes: Foment del Treball, Cambra de Barcelona y Cercle d´Economia y gentes por el estilo, pero el implícito apoyo del presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) Antonio Garamendi y otros notables empresarios y banqueros, pone en evidencia el oportunismo sin principios de la élite empresarial.

Porque la elite empresarial española no puede llamarse a engaño tras 4 años de promesas incumplidas y leyes sectarias. Solo la ceguera codiciosa puede obviar que la palabra de Pedro Sánchez Pérez-Castejón es siempre provisional, que la inseguridad jurídica y política es marca de la casa, que su gobierno está incentivando la inflación del precio de la energía a través de los derechos del CO2, que la contrareforma de la reforma laboral que prepara la ministra comunista costará dinero, sangre, sudor, lágrimas y paro, que el déficit de las pensiones aumentará aún más el impuesto al trabajo, en fin, que las subidas de impuestos es bandera y paradigma del PSOE y sus aliados.

Ante los datos, es obvio que para la flor y la nata empresarial que representa al capitalismo clientelar cortoplacista que desde hace tiempo impera en España, la pela es la pela. Es ese cortoplacismo derivado de la caza de subvenciones, ese olor a sardinas que resucita a los gatos, ahora es el Fondo Europeo de Reconstrucción y el Next Generation EU. Una empanada rellena de más de 140.000 millones de euros que repartirá el gobierno entre 2021 y 2026. El postre lo compone las promesas implícitas de la Ley 7/2021 de cambio climático y transición energética. Así, para la CEOE esta ley «crea un marco para cumplir los objetivos de España en la lucha contra el cambio climático en el horizonte 2030-2050. La norma marca la senda de descarbonización de nuestra economía». ¡Olé el desarrollo sostenible, la resiliencia, la condena a la hoguera de huella de carbono y hasta la igualdad entre hombres y mujeres (fallo garrafal por no incluir toda la retahíla de géneros no gramaticales) promete esta ley!

Mientras tanto, la agitación y propaganda desplegada por el posmoderno sucesor de Willi Münzenberg apellidado Redondo, contiene grandes promesas para dentro de 30 años. Un mundo feliz diseñado con la perversión del lenguaje, el abuso de la ventana de Overton y la ocultación de la agenda estratégica del PSOE. Sin embargo, cuando se observa con algo de atención se pueden distinguir algunas pistas. Por ejemplo cuando dicen: «debemos de cambiar el modelo de Estado, dirigirnos hacia una nueva transición». Por supuesto, sus coaligados comunistas de Unidas Podemos no la ocultan y mucho menos los separatistas. Puede ser duro admitirlo, pero mucho más duro será rendirse a la evidencia cuando sea demasiado tarde. Todos ellos son hispanófobos, todos asumen las tesis identitarias más reaccionarias, todos odian a España como los bolcheviques odiaban a Rusia en 1917. Por consiguiente, maquinan para implantar la Unión de Repúblicas Socialistas de los Pueblos Ibéricos. Si lo logran nos meterán en el camino de servidumbre que hoy transitan los venezolanos, argentinos, cubanos, nicaragüenses, coreanos del norte, vietnamitas y chinos.