Rosa Rosae

Sobre “El despertar de la señorita Prim” o las virtudes ocultas de la señorita Marianne

24/05/2013.

Estoy convencido de que si Natalia Sanmartín hubiera escrito su ópera prima en algún pueblo de la Normandía profunda, por ejemplo en La Chapelle-d’Andaine, en vez de titularlo “El despertar de la señorita Prim” lo habría bautizado; “Las virtudes ocultas de la señorita Marianne”.

Admito mis dificultades durante la lectura de la novela de Natalia Sanmartín para imaginar ese “San Ireneo de Arnois” bucólico y aislado del mundanal ruido que, en vez de situarlo en la parroquia de San Julián de Arnois de su A Estrada natal, o en uno de los pueblos abandonados del pirineo oscense o del Valle del Tera soriano, ha preferido, por aquello del pedigrí europeo, situarlo en la Normandía de nuestros días.

el-despertar-de-la-senorita-prim-9788408059875Es probable que mi escepticismo hacia cualquier propuesta sobre paraísos perdidos recuperables, incluso si se plantean, como en esta novela, sobre la base de la razón y la potencia de la cultura europea ilustrada, provenga de las incontables indigestiones de experiencias regeneracionistas y lecturas más o menos new age y autoayuda como, por ejemplo; “El demonio y la señorita Prym” de Paulo Coelho.

Dejando de lado similitudes de embalaje, quiero dejar claro que, desde mi punto de vista, los asuntos que plantea Natalia Sanmartín en “El despertar de la señorita Prim” son de gran envergadura y están planteados con habilidad mediante diálogos agiles. Pero estas virtudes narrativas y conceptuales son diluidas al contextualizarlas en una Arcadia de burgueses ilustrados poco ambiciosos, sin conflictos de interés y sin que aparezcan ni el Maire ni el Préfet, ni algún comiseurs enquêteur, ni el Conseil économique, social et environnemental, ni siquiera un comisario o un gendarme, en fin, sin las instituciones republicanas omnipresentes y omnipotentes; Conseil municipal, Conseil général, Conseil régional, Assemblée Nationale y Sénat, Gouvernement con su Premier Ministre bajo el mando del Président de la République.

Si bien me ha sido imposible imaginar la Arcadia propuesta por Natalia Sanmartín, considero que “El despertar de la señorita Prim” es una novela muy bien escrita que merece ser leída con atención.

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