ROPA VIEJA

Publicado «Caminos sobre la mar»


Caminos sobre la mar integra una crónica sobre los principales acontecimientos políticos, económicos y sociales ocurridos en España y el resto del mundo durante buena parte del siglo XX y en las dos primeras décadas del siglo XXI. Con este relato histórico «con trazos autobiográficos», Pablo Rojo nos convoca a la reflexión sobre los acuciantes problemas que atañen a los españoles, ofreciendo al lector una visión auténtica, sin filtros, alejada de verdades edulcoradas o manipuladas, de dogmatismos, doctrinas y trincheras ideológicas y basada en el estudio, la experiencia propia, el análisis crítico y el aprendizaje de los aciertos y errores. Un punto de vista que busca abrir los ojos del lector y hacerlo reflexionar libremente sobre las razones que han desembocado en un presente que lejos parece del paraíso de derechos y libertades que se nos vende y sobre el incierto futuro que, oculto tras cortinas de humo hábilmente manejadas y dispuestas, parece cernirse sobre la sociedad si no se produce un profundo cambio de rumbo.

Las más que memorias de Ramón Tamames

P. R. Barreno. 23/07/2013.

En estos días, dos personajes relevantes de nuestra reciente historia han publicado sus memorias. La tercera entrega de las de Alfonso Guerra titulada “Una página difícil de arrancar” ha reconfirmado mi criterio de que se trata del político que mejor representa la “evolución” profesional de los políticos españoles, aunque D. Alfonso siga empeñado en representar l’enfant terrible y épateur que defiende a descamisados y demás proletarios del mundo.

Ramón TamamesSi bien la memoria selectiva de Alfonso Guerra no me ha sorprendido, reconozco que “Más que unas memorias” de Ramón Tamames si lo ha hecho, sobre todo respecto al borrado de sus actividades políticas desde su ruptura con el Partido Comunista de España en 1981, hasta su abandono de la política profesional en 1990. Si para Tamames nueve años no son nada, es probable que sus omisiones de algunos acontecimientos de la época franquista, que algunos consideramos significativos, sean asuntos menores.

La memoria portentosa de Tamames es bien conocida por lo que no es extravagante que en la presentación de sus memorias en Málaga declarara hace unos días: «No tenemos derecho al olvido; estamos condenados a recordar». Entonces, ¿Por qué ha omitido de sus memorias dos tercios de su vida política fundamentales para entender su trayectoria como dirigente político y su legado intelectual?

Sin explicitarlo, Tamames confiesa en estas memorias que, a pesar de pertenecer al PCE durante 21 años, aunque no con plena dedicación, no ejerce como militante hasta que es cooptado por Carrillo al Comité Ejecutivo en 1976. Ni en estas memorias ni en otros de los muchos escritos y conferencias que realizó desde su ingreso oficial en el PCE, ni tampoco en los archivos históricos del PCE, Tamames aparece organizado en célula alguna, nunca tuvo un seudónimo (nombre de guerra orgánico) no protagonizó iniciativas políticas ni intervino en las polémicas ideológicas y estratégicas de los sesenta (el tándem FF. de F. Claudín y J. Semprúm, escisiones pro-chinas, etc.). De hecho, entre 1957 hasta 1976, es vox populi su cercanía al “partido”, pero su nombre solo aparece esporádicamente en documentos internos y, cuando esto sucede, es para criticar “las barbaridades de Tamames” respecto a sus publicaciones sobre política económica o asociado a las excentricidades de las estrellas intelectuales de aquel PCE; Javier Pradera, J.A. Bardem, Jordi Solé Tura y Vázquez Montalbán, etc.

Solo conociendo la escasa implicación organizativa de Tamames en el PCE durante el franquismo, junto con su pragmatismo mercantil cosmopolita que tanto detallada en estas memorias, se comprenden algunos olvidos clamorosos o juicios de este jaez: «Y es que a pesar de la crisis económica que se desató en 1973, y que por primera vez en la era de Franco generó oficialmente medio millón de desempleados en 1975-, la inmensa mayoría de los españoles eran sociológicamente franquistas».

Pero aun teniendo en cuenta el mencionado pragmatismo, me cuesta mucho aceptar la selectiva sensibilidad de Tamames sobre algunos acontecimientos de la época que, además de traumáticos para los jóvenes militantes antifranquistas de entonces, tuvieron una transcendencia política indudable en lo tocante a la estrategia de la resistencia contra el régimen. No mencionar la detención, tortura feroz, vesánica defenestración, procedimiento “sumarísimo” y expeditivo fusilamiento de Julián Grimau o la tortura y asesinato de Enrique Ruano tiene bemoles. Luego presumimos del “Cuéntame cómo pasó”.

Que Tamames se autocensure el currículo político, cuando rememora todo tipo anécdotas triviales, demuestra que algunas heridas de su consciencia siguen sin cicatrizar. La Federación Progresista fue fundada por Ramón Tamames en 1984 tras su salida del PCE. Con todas las velas de su prestigio y popularidad como integro intelectual de izquierdas desplegadas, Tamames arrastró a varios profesores universitarios, a un empresario republicano desprendido y a unos cuantos rebotados de las sopas de letras del antifranquismo que pasamos por allí, hacia la fundación de un nuevo partido político regenerador de una democracia que se empezaba a torcer. Se trataba de impulsar una alternativa «verde, roja y blanca» capaz de responder a los problemas de la nación, con propuestas imaginativas, justas y razonables descontaminadas de doctrinas vetustas.

Semejante proyecto exigía grandes dosis de debate, paciencia y esfuerzo. Sin embargo, Tamames tenía prisa y quiso recoger frutos de un arbolillo escasamente fertilizado. Su discurso enseguida desestimó cualquier tentación de paciente espera de consolidación ideológica y organizativa: «sin capacidad de tener representación popular, un partido se convierte en un grupúsculo, en un club; en una situación de esquizofrenia, de dar vueltas alrededor de nada».

Dirigentes fundadores de Izquierda UnidaLa debacle electoral del PCE en 1982 impulsó sus resortes de supervivencia. Al socaire de las movilizaciones para exigir la salida de España de la OTAN, el nuevo Secretario General del PCE Gerardo Iglesias, constituyó una plataforma electoral de cara a las elecciones legislativas de 22 de junio de 1986, con el nombre de Izquierda Unida. A pesar de las reticencias y rechazo de buena parte de los militantes de la Federación Progresista, Ramón Tamames ejerció su autoridad y su partido firmó la constitución de Izquierda Unida.

En las elecciones de 1986 la nueva coalición fue encabezada por Gerardo Iglesias, Ramon Tamames y Cristina Almeida. Los resultados fueron decepcionantes aunque Tamames salió elegido diputado. Unos meses más tarde Tamames encabezó la candidatura de IU a la Alcaldía de Madrid con mejores resultados. Sin embargo, sus antiguos camaradas no le estimaban y la mayoría de sus compañeros de la Federación Progresista se habían retirado desengañados. Aislado, Tamames hizo su última pirueta política al convertirse en concejal tránsfuga del CDS de Suarez. En diciembre de 1989 fuese y no hubo nada.

Admiro al erudito y cordial Tamames aunque me decepcionó el político y todavía desconozco si el economista sube con Keynes o baja con Hayek.


Por el humo de las siete chimeneas se sabe dónde está el fuego
Consideraciones sobre los vericuetos de la Ley Sinde

P.R. Barreno. 5 de diciembre de 2011.

Quizá nos falte la perspectiva que concede el tiempo para poder valorar, en sus justos términos, la labor de Ángeles G. Sinde como ministra de un gobierno que pretendió instaurar un nuevo régimen, pero cuyo resultado se parece a una infección de salmonelosis mal curada. Palmaria es la querencia de Sinde por proteger a sus colegas y pasar por el rodillo postergador a quienes no comulgan con las ruedas de molino de su credo. Sus últimos movimientos operativos confirman su resolución atormentada de pasar a la historia como hada madrina posmoderna de la propiedad intelectual, concebida como derecho fundamental con el mismo rango que el derecho a la vida y a la integridad física o la libertad de pensamiento y conciencia.
Semejante desvarío es incomprensible desde cualquier opción social o incluso civilizatoria. chimeneasSu inclusión dentro del paquete de una peculiar ley de economía voluntarista, es la mejor pista para distinguir remordimientos y, sobre todo, el «cui prodest scelus, is fecit» verbigracia: ver las cabeceras airadas de los grupos multimedia del pasado sábado 3 de diciembre, por ejemplo: La Razón, del grupo Planeta-De Agostini, calificaba de «acto irresponsable» que el gobierno en funciones no aprobara el reglamento de la llamada Ley Sinde.

Por desdicha, la miope codicia que incapacitó a nuestras elites políticas y económicas comprender la dinámica de la ciencia y la economía durante los tres últimos siglos, parece que vuelve por sus viejos fueros a principios del siglo XXI. Si las revoluciones burguesas e industriales nos llegaron mal y tarde, la eclosión científico-técnica generadora de nuevos medios de intercomunicación y producción de bienes tangibles e intangibles parece sobrepasar las seseras de los poderes actuales.

hilandera2Si aquellos industriales decimonónicos asustados ante el empuje de las industrias europeas optaron, a contra corriente de la dinámica mercantil e industrial de la época, por el proteccionismo, provoca desazón comprobar el gremialismo cortoplacista de la mayoría de los grupos multimedia que operan en España, cuyo poder político-mediático no es necesario describir. Recordemos que estos grupos multimedia son fruto del desarrollo de lo que hoy se llaman tecnologías de la información y la comunicación que arrancan con Gutenberg y discurren por la planografía, el huecograbado, el cine, la radio, la televisión, el microsurco, el casete y el CD. Pero lo que de verdad explica su sustancia es el oligopolio mutante actual, generado por el reparto de la tarta mediática a través de las “concesiones y permisos de explotación” de los gobiernos centrales o autonómicos.

Estos bailongos agarraos con el poder, lejos de potenciar empresas competitivas y capitalizadas, han generado burocracias, corruptelas e ineficiencias. En consecuencia, deudas financieras astronómicas y su control por holdings multinacionales como los italianos Mediaset (Berlusconi), RCS Group y De Agostini, del gigante mejicano Televisa, de las agencias WPP, RCS, y, recientemente, del grupo norteamericano Liberty Acquisitions Holding en PRISA. Que el malo de esta película sea para muchos internautas la SGAE, es un indicador de los intereses espurios que han determinado la estrategia de esta sociedad privada de gestión de los derechos de autor, cuyos escándalos de corrupción son la síntesis de su trayectoria. Con parecida vehemencia en la criminalización indiscriminada de los usuarios de redes P2P se han situado Promusicae y FAP quienes, a pesar de que La Agencia Española de Protección de Datos primero y la Audiencia Nacional después, les prohibió la divulgación de listas negras y denuncias masivas, siguen más empeñados en la persecución que en su adaptación a los nuevos tiempos.

Mucho se ha escrito sobre los cables de la embajada norteamericana y las cifras manipuladas sobre la piratería española en Internet, pero muy poco sobre la deuda de los grupos multimedia que operan en España cuya cifra supera los 10.000 millones de euros. Sin este dato y la constatación de los desastrosos resultados obtenidos con la apuesta futbolera y la degradación paulatina de ingresos por publicidad, sobre todo en la radio cuya cifra de negocio es ya inferior a los ingresos del sector en Internet, la Ley Sinde parecería el guión de una españolada posmoderna.

La formidable y rápida expansión del streaming, el intercambio de ficheros, las redes P2P, la piratería al uso, y las recientes programas de reproducción de imagen y sonido, exigen una agilidad de adaptación que la industrias del ocio y los grupos multimedia no parecen capaces de seguir. El conflicto de intereses y derechos entre usuarios, industria, autores, etc. precisa una armonización que no puede centrarse solo en la represión y menos mediante la
inseguridad jurídica impuesta por la Ley Sinde. La modernización de los derechos de propiedad intelectual precisa de un debate abierto y de la intersección de técnicos y científicos. Todo lo contrario a la ley del embudo.


Wishful thinking

P. R. Barreno, 30 de noviembre de 2011

PeterpanDe la ensoñación adolescente se suele salir mediante estacazos de realidad, pero cada vivencia es individual y, por lo tanto, cada cual trata de adaptar su existencia como buenamente puede, afrontándose a la desarmonía vital sintetizada por Ortega con la repetida y muchas veces incomprendida frase: «Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo». Encarar las circunstancias individuales y colectivas que nos tocan, nos pone con frecuencia en la tesitura de acoquinarnos ante la maldita losa del destino, a la que todavía mucha gente le pone velas de histeria colectiva, o asumir nuestro libre albedrio pagando con ello el tributo de la hostilidad del poder establecido.

Faltos de arúspices fiables, las dificultades actuales nos están exigiendo, ante todo, madurez para entender lo que ocurre, las consecuencias que comportan y algo de coraje para asumirlas. La otra alternativa es situarse al otro lado del espejo para volar al País de Nunca Jamás y practicar el angelismo oportunista con la mano extendida pensando que la pesadilla desaparecerá con el abracadabra del redentor que nos envíe Zeus. Entre tanto, contemplemos que es gerundio.

«La gente va ahora más al teatro que antes» Consigna goebbeliana del departamento que dirige la guionista de “Mentiras y gordas” y que esparcen medios tan objetivos como el Informe Semanal de TVE-1. Por si no fuera bastante constatar lo contrario cada día, las estadísticas de la SGAE confirman los descensos de espectáculos y espectadores desde 2008.

«El Público» Volver a pensar para el respetable, tratar de que las obras sean entendibles. Profundidad no es sinónimo de oscuridad, por el contrario, las grandes obras de arte han perdurado por ser accesibles.

«Comercial» ¿Pero hubo alguna vez 11.000 vírgenes? “El Lago de los Cisnes” es comercial pero pedir una subvención del erario y repartir invitaciones entre familiares y amigos, para que soporten tu obrita infumable es: ¡patético!

«La Taquilla» Volverán las oscuras golondrinas en tu balcón sus nidos a colgar, pero aquellos cachés con las butacas del teatro vacías, ¡esos … no volverán!

«El Mercado» ¡Vadre retro Satana Sunt Mala Quae Libas! Sobre todo si no lo manipulo yo, si no lo manipula mi amigo, si es mercado.

«Subvención» Indicada para dinamizar las Artes Escénicas y facilitar sinergias y aliviar las insuficiencias del mercado. Antes de suministrarse es imprescindible valorar objetivamente cada caso y evitar interacciones provocadas por amiguismos, nepotismos y conflictos de interés. Como ocurre con preparaciones tópicas del erario, la transparencia es la condición sine qua non para ser administrada democráticamente. Informe a todo el mundo si comprueba un mal uso, una infección gangrenosa aguda, nepotismo vomitivo, endogamia venérea y cualquier otra alteración o uso indebido. Se han descrito los siguientes efectos secundarios: lloriqueo, indignación por evidente mamoneo, apoltronamiento y anquilosamiento artístico, estrías y sarpullido ético, ablandamiento moral con el correspondiente endurecimiento facial. Si observa cualquier otra reacción adversa no descrita anteriormente consulte a su siquiatra urgentemente.

«Programadores» Extraña profesión muy afincada en la función pública de los municipios españoles. Dícese de aquella profesión destinada a contratar, de vez en cuando, espectáculos en teatros de titularidad pública al menor caché posible y a pagar ad kalendas graecas. Como al rinoceronte negro, la crisis de la deuda soberana española lo está poniendo en serio peligro de extinción.

«Bailarines» «A cada cual según su capacidad y a cada uno según su trabajo» podría ser un buen principio. En la danza quien representa la obra es el bailarín y es con él con quien el público se identifica. Quienes han suplantado a los bailarines del frontispicio del Arte de danzar deberían mirárselo en el diván y, tras la cura correspondiente, cambiar el néctar y la ambrosía por una de calamares.

«Creadores» Ver el párrafo anterior y sálvese quien pueda.

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