LA EUTANASIA Y POR AHÍ TE PUDRAS

Del «derecho a la vida» a la eutanasia activa de «la buena muerte» y que viva el utilitarismo.

27/12/2020.

Vivir bajo un estado de alarma con toque de queda, impuesto por unos gobernantes novatos imbuidos del irrefrenable deseo de permanecer en el machito durante decenios, gracias a la soñada hegemonía gramsciana que todo lo puede, ha generado, entre amplias capas de la población española, la percepción del inicio de una inquietante era que puede sobrepasar, en tiempo y profundidad, los infortunios derivados de la pandemia que nos quebranta.

Partiendo de la evidencia de la ineptitud del Gobierno del duunvirato de Pedro y Pablo en prever, con varias semanas de antelación, la crisis sanitaria que se nos venía encima y, una vez enterrados de hoz y coz en ella, vivir soportando mentiras, subterfugios, ordenes, contraordenes, galimatías y demagogias mil, finalizando el 2020 las frases huecas marca de la casa monclovita del estilo: «España dice adiós a otro tiempo y avanza hacia un futuro de progreso» evocan al Diamat, ahora posmoderno y conformado por ese caleidoscopio de baratillo henchido de micro-identidades.

Es indudable que la actual diarquía tiene un plan, si bien ninguno de los dos aspirantes a Diocleciano da la talla siquiera de Maximiano. No obstante, entre peronismo y chavismo planifican la republiqueta pluritaifal a toda velocidad, por si la UE les conmina a derogar el estado de excepción antes de soltarles un euro. Para implantar su proyecto «transformador, progresista y tal y tal», el Ministerio de la Verdad ha tirado del típico y tópico anuncio publicitario con la palabra mágica nuevo. Una Nueva estructura económica adornada con jitanjáforas y eufemismos de la neolengua “progresista” que la portavoza desenvuelta suelta y el BOE imprime: recuperativa, transformativa, resiliente, ecoinnovativa, empoderada, innovadora, etcétera, etcétera. Al mismo tiempo, Pedro Sánchez Pérez-Castejón afila su sublime dedo para repartir el maná europeo, asaz resbaloso. Uno de los instrumentos más preciados del proyecto «transformativo y progresista» es la educación prescrita en la Ley Celaá con su pedagogismo ideológico posmoderno y sectario que abomina del esfuerzo y de la fundamental función de la enseñanza: el ascensor social. En reaccionaria comandita con los separatistas supremacistas, la diarquía gobernante ha impuesto la ablación del español como lengua común de los españoles, junto con la implantación de historietas maniqueas para lavar las canalladas de sus ancestros ideológicos, en lugar de enseñar la Historia de España a los niños y jóvenes españoles. En otra vuelta de tuerca, los planificadores poco versados en ciencias que conforman la gran tribu de ministros/as y sus innumerables consejeros/as, han engendrado, nada menos, que una ley de cambio climático y transición energética que recuerda al arrogante «Britannia, rule the waves». El plan hegemónico incluye innumerables medidas, decretos leyes y leyes orgánicas para cargarse los principios constitucionales, destacando la reencarnación atea del tribunal del Santo Oficio o futura ley de defensa de la republiquéta pluritaifal, para imponer que noticias nos convienen y censurar las inconvenientes para nuestras castas y delicadas molleras.

El desahogo del duunvirato y sus aliados, puede explicarse acudiendo a “La fatal arrogancia” descrita por Friedrich Hayek sobre aquellos planificadores soviéticos doctrinarios que creían poseer la ciencia del bien y del mal llamada «materialismo dialéctico», para planificar el futuro de vida de los ciudadanos de aquella URSS acabada en agónico desastre. Solo desde esta perspectiva se entiende la obsesiva determinación del gobierno bifronte y sus aliados separatistas supremacistas, a los que se han unido los despojos de Ciudadanos, en perpetrar, a una velocidad que para sí quisieran los damnificados por los cierres de sus negocios o incluso los demandantes de ese escudo social que no dejaría a nadie atrás, la Ley Orgánica de Regulación de la Eutanasia.

Así, henchidos de fatal arrogancia, no han escuchado las objeciones éticas y legítimas de ciudadanos, asociaciones e instituciones. Nada de carcas y fachas, las objeciones al falso derecho de que el Estado facilite el suicidio es, perdón por el tópico progre; trasversal. Y lo es porque hay tantos matices éticos sobre porqués y cómos como modelos de eutanasia. De hecho, esta ley establece la eutanasia activa desde el Estado para provocar la muerte del paciente, cuando este lo requiera, eliminando, con ello, la eutanasia pasiva que, conforme con la bioética y la deontología médica, deja morir intencionadamente al paciente por omisión o limitación de tratamientos o terapias fútiles. Tampoco esta ley se ocupa de eliminar el encarnizamiento terapéutico al tiempo que desdeña, de hecho, la ortotanasia, es decir; permitir que la muerte natural llegue en enfermedades incurables y terminales, mediante tratamientos paliativos que eviten sufrimientos al paciente y a sus allegados.

Nadie medianamente sensato ignora la diferencia moral entre morirse o dejar morir, matar o ayudar a otro a matarse. La Ley Orgánica 11/1995 eliminó la pena de muerte en España incluso en tiempo de guerra, mientras que la Ley 41/2002 regula la autonomía del paciente y derechos y obligaciones en materia de información y documentación clínica. La mejora de estas leyes sobre el consentimiento informado previo a cualquier intervención sobre una persona en el ámbito biomédico, así como una reforma del testamento vital, o documento de instrucciones previas mediante el soporte jurídico de exigencias éticas y jurídicas para la atención al paciente y su autonomía para permitirle que anticipe su voluntad sobre la aplicación de determinados tratamientos o el rechazo a los mismos, si más tarde su estado le impide decidir, junto con un riguroso protocolo de tratamientos paliativos, hubieran mejorado sustancialmente los últimos momentos de vida de los ciudadanos españoles. La compasión de la sociedad que no del Estado, debe procurar eliminar el sufrimiento todo lo posible, no eliminar al que sufre. Es lo que explica uno de los máximos exponentes de la medicina española en cuidados paliativos, el Doctor Marcos Gómez Sancho, en contra de la eutanasia: «Con una sedación paliativa el objetivo no es acabar con la vida del enfermo, sino con el sufrimiento».

Pero las mencionadas reformas no están en la hoja de ruta del plan hegemónico de la diarquía gobernante en España. Probablemente son capaces de entender que no es lo mismo morirse, o dejar morir, que matar o ayudar a otro a matarse. Pero visto lo visto, parece dudoso que comprendan diferencias bioéticas sustanciales, por ejemplo que incluso dejar morir, en los casos de enfermedades incurables, implica una conducta éticamente relevante, ya que unas veces procederá abstenerse de intervenir o suspender el tratamiento iniciado, y otras veces, dejar morir, pidiéndolo o no el paciente, puede ser un acto inmoral y hasta criminal de dejación de los deberes de asistencia hacia el enfermo. Entonces, causar la muerte de alguien, ya sea de forma activa o pasiva, implica una acción transitiva que busca matar, contrario al derecho humano fundamental, por tanto inmoral y contrario a los más elementales principios de la ética. Y aunque en la exposición de motivos la Ley Orgánica de regulación de la eutanasia insiste en su finalidad compasiva, dicha intención no puede legitimar el hecho de quitar la vida, tan solo, en la más clemente doctrina jurisprudencial, puede ser un atenuante que reduce la responsabilidad moral y jurídica, derivada de una acción que significa “matar”, es decir, terminar con la vida de una persona.

Por otro lado, mientras que el Estado español es el garante del «derecho a la vida» proclamado en el artículo 15 de la Constitución, con la ley orgánica de regulación de la eutanasia el mismo Estado otorga el poder a los médicos (y médicas) de, a través de «la buena muerte», poner fin a la vida de personas, estableciendo una serie de condiciones que denomina garantistas. Entonces, el problema ético se multiplica cuando se establecen las condiciones en que se aplica la buena muerte. En realidad, los requisitos son solo dos: una solicitud voluntaria por escrito y firmada por el solicitante de la prestación de ayuda para morir y «Sufrir una enfermedad grave e incurable o padecer una enfermedad grave, crónica e invalidante incurable… sufrimiento físico o psíquico constante e intolerable… en los términos establecidos en esta ley, certificada por el médico o médica responsable». Claro que enseguida se establecen las derivadas que destruyen las cacareadas garantías por cuanto: «La valoración de la situación de incapacidad de hecho por el médico o la médica responsable se hará conforme a los protocolos de actuación que se determinen por el Consejo Interterritorial del sistema Nacional de Salud».

Aunque en el texto aprobado de esta ley se retiró a última hora el párrafo: «a de la persona con el consiguiente sufrimiento físico o mental» al mantener el ambiguo «sufrimiento físico o psíquico constante e intolerable» surgen preguntas impertinentes: ¿Puede el enfermo mental tomar una decisión autónoma entendiéndose por tal aquella que está fundamentada en el conocimiento sobre su proceso médico, después de haber sido informado adecuadamente por el equipo sanitario responsable? ¿Y respecto a un neonato con enfermedad incapacitante irreversible? ¿Las tomarán en su lugar el médico o la médica responsable, la evanescente Comisión de Evaluación y Control que deberá instituirse en cada autonomía o bastará aplicar el artículo 6.1 de la Ley y una persona mayor de edad y plenamente capaz podrá fecharlo y firmarlo en presencia de un enfermo que no se entera de nada?

Que una ley que implica profundos problemas éticos y morales al confrontar derechos fundamentales protegidos por la Constitución y otros organismos internacionales como la vida, la integridad física y moral, frente a otros más matizables como la dignidad, la libertad o la autonomía de la voluntad, haya sido aprobada en plena pandemia, a toda velocidad y sin escuchar a, por lo menos, la mitad de los ciudadanos españoles, solo indica premeditación y alevosía ideológica. ¿Acaso existe en España algún partido, asociación o religión que no defienda la muerte digna y sin sufrimiento?

Los firmantes del Manifiesto contra esta ley de eutanasia activa dejaron claro sus motivos: «la eutanasia planea graves problemas éticos siempre, pero además en el caso de España, y dada la mala situación de los cuidados paliativos, lo que realmente se ofrece es morir entre sufrimientos o a manos del médico. Esto no es una opción. Además, puede dejar secuelas psicoemocionales en los familiares que deciden o consienten esa eutanasia». Además, insisten en el «rechazo universal de este tipo de legislación: desde que se aprobó la primera ley de eutanasia en Holanda, hace casi 20 años, sólo otros cuatro países en el mundo han seguido su camino. Los dos vecinos con quien integra el Benelux, Bélgica y Luxemburgo, y Canadá y Colombia, en América. Y es que la eutanasia forma parte del problema, no de la solución, porque el fin para una vida digna es la conjunción de la compañía solícita y de los pertinentes cuidados paliativos».

Por último, quiero dejar claro que esta ley de eutanasia no responde a valores morales liberales basados en el principio fundamental que es vivir y ayudar a vivir, puesto que mi libertad solo es posible en un mundo en el que todos seamos libres. Todo lo contrario, esta ley manifiesta un paternalismo estatalista radical agravado por la banalidad de quienes, mientras dan saltitos de alegría como la diputada del PSOE ponente de esta ley María Luisa Carcedo Roces, declaran: “Se ha aprobado un derecho que nos hace más libres”.

Es muy probable que a los promotores y aprobadores de esta ley les importe un rábano la historia del resurgimiento de la eutanasia en el siglo XIX y las consecuencias que provocaron. Precursor fue el británico Samuel Williams, aunque el doctor Simeon Baldwin fue más allá en su discurso pronunciado en la American Social Science Association en 1889 manifestando: «De la misma manera que el anciano tiene derecho a la muerte, también lo tiene el desafortunado neonato que ha venido al mundo con defectos. (Yale 1899)». Más conocidos son las proclamas de Friederich Nietzsche, Adolf Jost (“El derecho a la muerte”), Karl Binding, Alfred Hoche (“Libertad para la aniquilación de la vida indigna de la vida”), y los nazis: Eugen Fischer y Fritz Lenz (“La heredabilidad humana y la higiene racial”) que culminó con Aktion T4). Estos pensadores, científicos, médicos y juristas promovieron,durante finales del siglo XIX y principios del siglo XX, la fórmula “Lebensurwertes Leben” (vida indigna de ser vivida). Sobre este lema se sustentaron las políticas eugenésico-eutanásicas en los países escandinavos, Canadá, EEUU y Reino Unido a principios del siglo XX y que el Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán abrazó con el frenesí conocido.

LA VENGANZA COMO MOTOR DE LA HISTORIA

Madrid, 06/08/2020

«Que no se ha marchao, que lo hemos echao»

Alguna vez mi padre me contó, con notable exactitud, su participación, con apenas 14 años, en la jubilosa manifestación de masas acaecida en la tarde del 14 de abril de 1931 entre la fuente de Cibeles y la Puerta del Sol madrileñas, festejando la caída de Alfonso XIII y la proclamación de la II República. Según contaba, al anochecer, los manifestantes madrileños se enteraron de la salida, a toda prisa, del Monarca y su familia del Palacio Real rumbo al exilio. Entonces, los gritos pidiendo la cabeza del “Africano” (Alfonso XIII) se transformaron en un salmo revelador: «Que no se ha marchao, que lo hemos echao». Esta sentencia espontánea rebelaba algo más que satisfacción por el acontecimiento y la proclamación de un orden nuevo, era el indisimulado placer que producía a las masas la humillación al gran ofensor, la venganza final de los parias de la tierra, la placentera sensación de la vuelta de la tortilla de una vez por todas.

La reciente decisión del rey Juan Carlos I de abandonar España, seguramente se deberá a varios motivos, sin descartar el hartazgo, aunque la lectura más generalizada es la del sacrificio personal en defensa de la institución que encabeza su hijo Felipe VI. Otra versión, no menos oficial por cuanto se publica desde el Consejo de Ministros y en el Congreso de los diputados por la coalición y grupos que sustentan al actual gobierno, juzga que es una huida del culpable de no se sabe aún bien que crímenes. Y entre medias, se propaga la versión del chivo expiatorio para tapar los muchos errores del gobierno tocante a la COVID-19. Sobre estas dos últimas hipótesis, se vierten todo tipo de relaciones con algunos acontecimientos históricos a través de la mención de nombres señeros; Carlos I de Inglaterra, Luis XVI de Francia o Nicolás II de Rusia, naturalmente asociados a cabezas, hachas, guillotinas y sótanos de Ekaterimburgo. No obstante, no abundan quienes superan intenciones y nostalgias y se atreven a continuar la referencia histórica hasta enlazarla con la suerte de Danton y Robespierre y, para más inri o recochineo, describir el mismo gozo sentido por las ciudadanas tejedoras francesas con la caída de la cabeza en el cesto del ciudadano Capeto, del Incorruptible Robespierre y del Buen dictador Danton. Muchas pistas dan la evocación histórica sobre el placer de las ciudadanas tejedoras viendo cortar cabezas de los poderosos, de cualquiera de ellos pues todos, desde el Rey hasta los revolucionarios ahora traidores, eran culpables de las humillaciones y ofensas ancestrales a la plebe que, de pronto, se había convertido en masa de ciudadanos con derecho al espectáculo de hacer del pasado tabla rasa y dar vueltas a las tortillas.

Antes que Rodríguez Zapatero, Jean Paul Marat recetó «mantener constantemente al pueblo en un estado de excitación hasta el momento en que “leyes justas” lograran cimentar definitivamente al régimen revolucionario». Dicha excitación, entonces y ahora, se inculca con inyecciones diarias de odio y resentimiento, eso que algunos llaman la politización del dolor con la precaución de reservarse la exclusividad de determinar los dolores politizables y los que no lo son. Desde esta formidable presunción maniquea, las corruptelas e iniquidades de la derechona y la monarquía borbónica, ciertas o sospechadas, son las causantes exclusivas de que las clases populares sufran los estragos de la crisis sanitaria y social. De nadie más y mucho menos de quienes señalan culpables enseñoreando coleta y barba hirsuta y desgreñada, imitando a sus amados descamisados agraviados o encorbatados resentidos que les votan. Y del alago interesado al amado pueblo se pasa a la irresponsabilidad del explotado, humillado y ofendido. Por ejemplo, del que tiene que okupar la vivienda del vecino debido a que la derechona y la monarquía borbónica y nadie más, son los responsables de la especulación inmobiliaria y la falta de vivienda asequible para los jóvenes. Incluso que la ocupación se haya convertido en un magnífico negocio para mafiosos, la culpa es de los propietarios abusadores, de los bancos especuladores y, por supuesto, de la derechona y la monarquía borbónica.

Juan Carlos I es responsable de toda su trayectoria como monarca, de indudables aciertos y de algunas acciones reprobables durante su senectud, pero creo que el balance histórico riguroso le será favorable. Que los gurús del palacio de la Moncloa utilicen la dialéctica del bueno y el malo, para humillar al Rey, utilizando la vieja estrategia de hacer leña del árbol caído para prender la hoguera purificadora que iguala a todos, empieza a ser arriesgado. El peligro de prender la llama de la agitación contra el chivo expiatorio, cuando objetivamente pintan bastos y el ferragosto pandémico ha secado la pradera de las sinecuras tapabocas, el que las llamas de la humillación se propaguen, como en su día comprobaron Danton, Robespierre y Trotski, no es improbable, pues sabemos que se puede prever cómo empieza la algarada pero no como termina. A propósito, hace solo unos días, el 10 de Termidor del año II, se cumplió el 226 aniversario del guillotinamiento de Robespierre.

DE LOS NIÑOS ROBADOS POR EL FRANQUISMO

DE EVOCACIONES Y CRÓNICAS INCORRECTAS

25 de julio de 2019.

Pablo Rojo Barreno.

Después de todo lo vivido, después de todo lo visto y escuchado, de haber tenido el privilegio de conocer a muchas gentes de diferentes estratos sociales, de haber nacido en el seno de una familia republicana damnificada por la Guerra Civil y la posguerra, de haber militado en partidos izquierdistas durante la dictadura y en los primeros años de la democracia donde abundaban personas que habían sido represaliadas inmediatamente después de la Guerra o de muchas más que lo fueron durante el franquismo, de haber conocido a unos cuantos “niños de la guerra” desperdigados por toda Europa y por la URSS, de convivir en la escuela y en el vecindario con niños y adultos que pasaron en la posguerra por establecimientos de Auxilio Social, de pronto, en el otoño de 2008 una serie de artículos publicados principalmente por los medios del Grupo Prisa, y sobre todo el diario El País, me sorprendió. Rebelaban con total seguridad que miles de niños habían sido robados por la dictadura franquista a presas políticas y familias republicanas.

El caso es que años antes había leído alguna denuncia similar poco elaborada. Recordaba la publicación de unos reportajes en la revista sensacionalista Interviú escrito por la periodista y también jefa de informativos de la TVE del PSOE en los tiempos del GAL; María Antonia Iglesias González, entre enero y febrero de 1982, donde con el título «La monja que trafica con niños» revelaba una trama dedicada a robar niños y darlos en adopción a personas afines, dirigida presuntamente por sor María y el doctor Vela en el Hogar-cuna de La Almudena de Madrid durante los últimos veinte años. Pero el estilo, la foto del cadáver de una niña en la nevera de la clínica y la poca precisión de los datos, junto con las muchas opiniones escatológicas, enmarcaban estos artículos dentro del amarillismo de la revista.

Sin llegar a verlo, también me llegaron noticias de un documental emitido por TV3 en 2002 con el título “Els nens perduts del franquisme”, dirigido por Montse Armengou y Ricard Belis, basado en el libro del “comprometido” Catedrático de Historia Contemporánea en la Universidad de Barcelona Ricard Vinyes Ribas “Irredentas. Las presas políticas y sus hijos en las cárceles franquistas” publicado poco antes. Pero el turbión de artículos que me sorprendió fue motivado por el auto del Juzgado Central de Instrucción Nº 5 de la Audiencia Nacional del dieciocho de noviembre de dos mil ocho, firmado por el famoso ahora ex-juez Baltasar Garzón Real donde diseminaba en 62 juzgados provinciales la investigación de los crímenes del franquismo considerados como crímenes contra la humanidad. En su Auto, el justiciero juez dedica gran atención al tema de los niños de esta guisa: «Los “niños perdidos” son también parte de las víctimas del franquismo: se trata de hijos de presos cuyos apellidos fueron modificados para permitir su adopción por familias adictas al régimen. Varios miles de hijos de obreros fueron también enviados a instituciones del Estado porque el régimen consideraba su familia republicana como “inadecuada” para su formación. Niños refugiados fueron también secuestrados en Francia por el servicio exterior de “repatriación” del régimen y situados posteriormente en instituciones franquistas del Estado. El régimen franquista invocaba la “protección de menores” pero la idea que aplicaba de esta protección no se distinguía de un régimen punitivo. Los niños debían expiar activamente “los pecados de su padre” y se les repetía que ellos también eran irrecuperables. Frecuentemente eran separados de las demás categorías de niños internados en las Instituciones del Estado y sometidos a malos tratos físicos y psicológicos». Estas acusaciones, al socaire de la Ley de Memoria Histórica, enseguida aventadas por los medios del Grupo Prisa, disparó todo tipo de artículos de opinión, reportajes y tesis doctorales pues, se trataban de delitos gravísimos que el Auto de Garzón referenciaba al mencionado libro de Vinyes.

Como se puede apreciar en el Auto de 2008 accesible por internet, Garzón vincula algo forzadamente al Instituto para la Investigación y Estudio de la Herencia creado por Himmler en Mecklenburg, con el Gabinete de Investigaciones psicológicas encabezado por el psiquiatra Antonio Vallejo Nájera (al que llama psiquiatra en jefe de Franco) dedicado a estudiar «las raíces psicofísicas del marxismo». Así, Garzón, sin decirlo expresamente, coloca el sambenito a Vallejo Nájera como “el Mengele español” y relaciona a los “niños perdidos” con los robados durante las dictaduras de Vileda y Pinochet en Argentina y Chile. Naturalmente, estas relaciones sirvieron para muchas iniciativas posteriores, por ejemplo para que su amigo el abogado argentino Carlos Alberto Slepoy Prada en 2010 pusiera en marcha la “Causa 4591/10 por los delitos de genocidio y/o crímenes de lesa humanidad cometidos en España por la dictadura franquista entre el 17 de julio de 1936 y el 15 de junio de 1977” instruida por la juez María Servini de Cubría en el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal Nº1 de la República Argentina.

A pesar del artificio jurídico del Auto, Garzón no aporta, como tampoco antes lo hiciera Vinyes, indicios claros de que existió un plan para robar miles de niños a presas y madres republicanas para ser criados en los principios franquistas. Solo apunta con dedo acusador y pide que se investigue lo ocurrido con los niños perdidos que sus acusaciones convierten en robados por el régimen franquista. Lógicamente tamaña acusación generó una inquietud generalizada de la que surgieron varios organismos para facilitar las investigaciones. El caso de los niños robados por el franquismo se convirtió, desde entonces, en leitmotiv de la memoria histórica. La pléyade de periodistas e intelectuales “comprometidos con la causa” más los políticos y asociaciones del ramo produjeron innumerables artículos y libros con tétricas historias de niños robados, incluidas dos telenovelas en Tele5 y Antena3, alguna película de escasa trascendencia y, por supuesto, la consabida novela de Almudena Grandes Hernández. En seguida, la avalancha mediática de supuestos relatos de robos de bebés durante el franquismo fue establecida como un suceso incontestable en la opinión pública española. Cualquiera ponía en duda que hubo una trama criminal de robo de niños en la dictadura franquista, formada por monjas, curas y médicos perversos, que se apropió de, nada menos que entre 30.000 a 300.000 recién nacidos (la imprecisión sobre el número y el espacio temporal es morrocotuda pues este último abarca desde 1939 hasta 1995) de madres republicanas primero y pobres después, para dárselos a familias franquistas opulentas. Incluso los católicos progresistas reprocharon el prudente silencio del cardenal Antonio María Rouco Varela sobre el asunto.

Al socaire de subvenciones y escandaleras mediáticas surgieron decenas de asociaciones, plataformas, observatorios y asesores legales para rescatar a tantos miles de niños robados. A pesar del formidable ruido y las espantosas cifras, entre 2009 y 2018 solo se produjeron poco más de 2.000 denuncias, suficientes, sin embargo, para organizar muchas visitas de europarlamentarios, de burócratas de la ONU, instituir una oficina de Atención a las Víctimas dependiente del Ministerio de Justicia con 27 sucursales provinciales que brindan asistencia jurídica y psicológica, una fiscalía, una unidad de policía especializada y una Comisión Estatal.

El caso más conocido por publicitado fue el de Inés Elena Madrigal Pérez, una señora que nació en junio de 1969 en la clínica San Ramón de Madrid, (nada menos que tres décadas después de terminada la guerra civil) quien, tras saber que había sido adoptada por sus padres, concluyó que era un bebé robado y fundó con otras personas la asociación SOS Bebés Robados donde fue elegida presidenta. Con el soporte de su subvencionada asociación, Inés E Madrigal denunció en 2010 en los tribunales de justicia de Madrid a su madre adoptiva por comprarla y acusó al ginecólogo de 85 años Eduardo Vela Vela y a la monja María Gómez Valbuena, más conocida como Sor María, de haberla sustraído a su madre biológica nada más nacer, para venderla a sus padres adoptivos. Tras la denuncia, Madrigal saltó a la fama acudiendo a muchos programas de radio y televisión tales como: “Al rojo vivo” y “El intermedio” de la Sexta, o los supuestamente serios como el de la BBC News Mundo británica. Madrigal, ya famosa o afamada, fue invitada por el grupo parlamentario Unidos Podemos a declarar en la Comisión de Derechos de la Infancia y Adolescencia del Congreso de los Diputados del Reino de España. Y a pesar de que ya había comenzado el juicio oral del caso en el Juzgado de Instrucción número 46 de Madrid, Inés Madrigal declaró en la sala Ernest Lluch el 16 de noviembre de 2017, sobre el: «mayor escándalo ocurrido en este país a lo largo del siglo XX». Como hiciera antes en los platós de televisión, Inés Madrigal afirmó en el Congreso con contundencia que «…el doctor Vela me regaló a mis padres adoptivos. … Los ladrones de niños se servían de instituciones públicas y privadas, manipulaban documentos públicos. Se denunciaron hechos a través de medios, pero nadie hizo caso, nadie presto atención. Me vendieron a mi madre en una cámara oculta. Hablamos de un mínimo de 60 años de tráfico de seres humanos en este país». Aquella narración espeluznante seguramente ayudó a que las tres ilustrísimas magistradas emitieran la sentencia Nº: 640/2018 del 27 de septiembre, condenando por hechos probados al acusado Eduardo Vela Vela a un total de 13 años de prisión por los delitos de sustracción de menores, de suposición de parto, de falsedad de documento oficial y de detención ilegal siendo la víctima menor de edad. Asimismo, el doctor Vela fue condenado a indemnizar a Inés Madrigal con 350.000,00 euros por daños morales. Con todo, el párrafo que fija la responsabilidad del doctor es llamativo: «Que en 1969 entregó a Inés Pérez y Pablo Madrigal una niña de pocos días de edad y que tal entrega se produjo fuera de los cauces legales sin que conste que los padres biológicos hubieran tenido ni tan siquiera conocimiento de ello y sin que hubiera mediado consentimiento». Y la falta de constancia llevó a las tres juezas a condenar al acusado aunque no les quedó más remedio que absolver al doctor Vela, al entender que los delitos estaban prescritos desde el momento en el que la denunciante alcanzó la mayoría de edad.

La sentencia significó una victoria agridulce para la causa de los niños robados por el franquismo, por cuanto el único culpable que vivía había sido absuelto y era, tras una década, la única sentencia condenatoria tras 2000 denuncias de las que 552 fueron admitidas a trámite con 81 análisis de ADN y ni un solo caso de robo de niños probado. Y mientras la orgía mediática continuaba, en julio de 2019 Inés Madrigal desveló en una escueta rueda de prensa que gracias a las pruebas logradas en un banco de ADN de Estados Unidos, encontró a su familia biológica y que tiene cuatro hermanos. Sin embargo, la rueda de prensa de Madrigal era forzada por un comunicado anterior sin trascendencia mediática de la Fiscalía que negaba radicalmente que Madrigal fuera un bebé robado, y donde explicaba que la propia Madrigal comunicó al Ministerio Público de forma oral y escrita que había contactado con sus verdaderos hermanos por parte de madre y con una tía carnal, quienes le habían confirmado que fue dada en adopción de forma voluntaria. Además, informaba que su madre biológica había fallecido el 22 de enero de 2013 en Madrid. Sucedió que cuando Madrigal confesó a la Fiscalía que su tía la había entregado voluntaria y conscientemente en adopción, la Fiscalía acordó requerir muestras genéticas a los cuatro familiares y procedió a interrogarles. Durante los interrogatorios en calidad de testigos, todos los familiares reconocieron la entrega en adopción del bebé sin saber si era niña o niño. Para ratificar estos hechos, el Ministerio Público pidió un estudio genético de los involucrados al Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses que dictaminó que los perfiles genéticos de Inés Madrigal con los de su tía y sus tres hermanos hallados son:« 78.802 más probables de la compatibilidad genética observada si consideramos que Inés Elena Madrigal Pérez es hija de la supuesta madre (cuyo patrimonio genético ha sido deducido a partir de los perfiles genéticos de aquellos) frente a que lo sea una persona tomada al azar de la población y no relacionada genéticamente con ella». Tras estos resultados y con las declaraciones de los testigos, la Fiscalía consideró que debiera quedar excluido como hecho probado el robo de la niña legamente llamada Inés Elena Madrigal Pérez “y con ello el delito de detención ilegal”. Entonces la mencionada sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid que asegura probado que Eduardo Vela Vela tuvo conocimiento de que la entrega de la niña se efectuaba sin consentimiento de la madre biológica y consideró probado que Inés Madrigal era un bebé robado, se demostraba falsa.

Inés Elena Madrigal Pérez ya no quiere ir a los platós de televisión ni a las emisoras de radio. Se excusa en su derecho a la intimidad pero no ha tenido la decencia de pedir disculpas públicas al anciano Eduardo Vela Vela al que hizo la vida miserable y destrozó su dignidad, solo por quizá haber sido, junto con los administradores de la clínica San Ramón, negligentes con el papeleo legal de adopciones. Y si Madrigal no ha pedido perdón a nadie, tampoco lo ha hecho la bandada de periodistas y literatos activistas que la jalearon. Al contrario, la inmensa mayoría persiste en el relato de los niños robados digan lo que digan los hechos, pues si lo hicieran, se acabarían las subvenciones y se estropearía el relato victimista perpetrado por Garzón y sus aliados.

Pero todavía hay gentes decentes en España, por ejemplo la periodista Maite Rico en un artículo titulado: “La estafa de los bebés robados. La trama de los niños sustraídos durante el franquismo es un relato tan irresistible como falso. La aportación española a las fake news” publicado en Vozpópuli el 17 de julio de 2019, donde denuncia la impostura y aclara que forenses prestigiosos como Antonio Alonso o Rafael Bañón no han encontrado indicios de una trama de robo de bebés, como tampoco los halló la comisión de investigación creada en el Parlamento navarro ni la fiscalía del País Vasco. A la denuncia de Maite Rico se unió cuatro días después Arcadi Espada en El Mundo con un contundente artículo titulado “Garzón and me” donde Espada describe la trama urdida por el juez Garzón y la colaboración de tantos en ella que representa «…esta secuencia de titulares sobre bebés robados, de la misma prensa socialdemócrata: «Dos gemelas se reencuentran 50 años después de su nacimiento» (11 de mayo de 2011). «Vicky conoce a su gemela con 51 años» (12 de mayo de 2011). «Que el ADN diga lo que quiera, pero María José y yo somos gemelas» (9 de junio de 2011). Nuestra prensa no es ya el hazmerreír de la verdad, sino de la mentira». Por su parte, José Carlos Rodríguez en Disidentia un día después realza el pundonor de Maite Rico y Arcadi Espada con el claro título “Niños robados: la venganza de la realidad”. Nada más, incluso prosiguen como la pertinaz sequía las acusaciones pintorescas de negacionismo de quienes los hechos y datos estorban a sus proyectos lucrativos barnizados de redentorismo.

Mientras tanto, como señalaba Espada, sigo expectante por saber cómo los jueces españoles restituirán el honor del doctor Vela ahora que, prescripción al margen, consta que hubo conocimiento y consentimiento.

ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE EL MITO DE LAS HURDES

Las Hurdes. Tierra sin pan, historia de una impostura

DE EVOCACIONES Y CRÓNICAS INCORRECTAS

6 de junio de 2019.

Pablo Rojo Barreno.

Durante la II República y al socaire de la gran agitación social y polarización política que existía, se produjo una obra cinematográfica que, si bien no tuvo repercusión cuando se preestrenó por no pasar la censura previa, años más tarde se convirtió en cortometraje de culto internacional como propagador del mito de la exótica y bárbara España. Salvo las más recientes mitologías para inventar naciones que utilizan a España como chivo expiatorio perpetradas por historiadores orgánicos para Vascongadas y Cataluña, la cinta que aludo contacta bien con las leyendas negras folclóricas construidas por los románticos decimonónicos franceses y británicos tal que: Mérimée, Gautier, Borrow y Ford. Me refiero al falso reportaje de treinta minutos dirigido por el cineasta español Luis Buñuel Portolés, rodado en la primavera de 1932 y titulado: “Las Hurdes. Tierra sin pan”.

Como admirador de Buñuel por ser autor de “Viridiana” (1961) una película que consideraba y considero una obra maestra, conocer de la existencia de Las Hurdes. Tierra sin Pan como un verídico reportaje sobre la situación de la comarca del norte de Extremadura en 1932, me produjo gran expectación. La vi por primera vez en Montreal en 1970, en la versión comentada en francés de 1965 y me conmocionó profundamente. Sin el espíritu crítico debido y condicionado por el prestigio de Buñuel y el sesgo izquierdista de quienes divulgaban la cinta por aquellos lares, no solo creí a pies juntillas lo que por entonces y ahora era publicitado como el descarnado documental científico-antropológico (el documental se autodenomina, desde su mismo prólogo, “ensayo cinematográfico de geografía humana”), del gran Buñuel sobre las verdaderas condiciones en que malvivían los hurdanos en el verano de 1932, también contribuí a su distribución en varios foros y clubs de estudiantes de la universidad McGill de Montreal y en círculos izquierdista de emigrantes españoles, portugueses e iraníes de la ciudad canadiense.

En el año 2000 varios diarios extremeños y alguno de tirada nacional, publicaron que varios alcaldes de Las Hurdes se oponían rotundamente a que en su comarca se rindiera un homenaje a Buñuel, por entender que su reportaje era una farsa que calificaba arbitrariamente a los hurdanos como: «seres extraños, sin moral, sin sentimientos y sin dignidad, llamándonos enanos y cretinos». La denuncia de los alcaldes me sorprendió pero, como ya no era el crédulo joven de 24 años, semejante declaración me incitó a ampliar mis escasos saberes sobre este asunto. Así empecé a conocer algunos datos que apuntalaban la acusación de los alcaldes hurdanos. Incluso las justificaciones y matices que aportaba el, a la sazón, director de la Biblioteca, Archivo Gráfico y Fototeca de la Filmoteca Española, Javier Herrera Navarro en 1997 no mejoraron el fondo de la denuncia: el cortometraje de Buñuel no era ecuánime. Pero las denuncias más rotundas de impostura contra Buñuel son demasiado recientes. Por ejemplo; hubo que esperar hasta 2016 para que el escritor y periodista; Sergio del Molino Molina, analizara en: “La España vacía. Viaje por un país que nunca fue” cómo y por qué Buñuel con sus camaradas y amigos fraguaron las puesta en escena tremendistas del referido cortometraje.

La capacidad de ceguera que tiene los prejuicios ideológicos es increíble pues ni siquiera se me ocurrió pensar en 1970, cómo era posible que un burro fuera matado por unas cuantas abejas. La verdad de cómo se montaron y rodaron las escenas del film apenas fueron sonsacados con sacacorchos a sus autores y no tuvieron repercusión mediática. Sin embargo, el operador del film Eli Lotar durante la presentación de la película en la Columbia University de Nueva York en 1940 lo dejó claro: «Todo está reconstruido, elaborado, interpretado. Los campesinos hurdanos interpretan como actores sus propios papeles».

Muerte, negrura, enfermedad, degeneración racial y otra vez muerte y muerte, mucha muerte, son las constantes de cada secuencia, de cada plano, de cada fotograma de Las Hurdes. Tierra sin pan. Claro que podemos asumir el relativismo a discreción vigente y considerar que el cine documental no es exactamente aquello que «podríamos ver con nuestros propios ojos si asistiéramos al acontecimiento narrado». Pelillos a la mar sobre todo si se acepta que las buenas intenciones y el sacrosanto buen fin permite representar una ficción como su fuera la realidad pura y dura.

Las Hurdes, desde hace unas cuantas décadas, es una región muy transitada por el turismo rural por su gran atractivo paisajístico y cultural, además de contar con notables productos alimenticios y gatronómicos como la miel, las cerezas, los embutidos de cerdo y el cabrito asado. Territorio montañoso situado al norte de la provincia de Cáceres, encerrado por la Sierra de Francia, (Salamanca) por el Norte, los meandros del Alagón por el Sur, la Sierra de Gata y la Canchera por el Oeste y la Sierra del Cordón, río Batuecas y Alagón por el Este. Tiene una superficie de 499 km2 con cinco municipios: al sur Caminomorisco, y Pinofranqueado son los más grandes y forman Las Hurdes Bajas. Nuñomoral está situado en el centro; al norte Casares de Las Hurdes y Ladrillar conforman Las Hurdes Altas. Dichos municipios tienen numerosas alquerías que más que conjunto de casas de labranza, a principios del siglo XX eran pequeñas aldeas construidas entre flancos de montaña. Sus características orográficas al situarse en el extremo occidental del Sistema Central, conformado por cordales de montaña media-alta escarpada con agrestes valles rodeados de sierras, dificultaron la comunicación interna y externa de la región. El clima se encuentra influenciado por la orografía y la latitud con una temperatura media anual de 14ºC mientras que las precipitaciones medias anuales de agua y nieve se sitúan entre 800-1000mm aunque con notable estiaje durante los meses de julio y agosto. Estas condiciones pluviométricas y el terreno pizarroso-granítico con otras rocas de naturaleza ácida, originan innumerables fuentes de agua poco mineralizada y fina al paladar, de donde parten muchos arroyos que forman gargantas hasta conformar los cinco principales ríos que bañan la comarca: Hurdano, Ladrillar, Malvellido, Esparabán y Los Ángeles, todos ellos afluentes del río Alagón, uno de los principales afluentes del Tajo. Excepto en pequeñas praderas a la orilla de los ríos, las Hurdes no tienen suelo vegetal que facilite la labranza o los pastos. A principios del siglo XX, la región tenía alrededor de 8.000 habitantes. Con la repoblación forestal y otras intervenciones estatales, la población hurdana fue aumentando hasta los 9.366 censados en 1960. Pero a pesar de las intervenciones estatales para desarrollar la comarca siguieron, la emigración y el descenso de la natalidad han producido el retroceso demográfico palpable en el censo de 2017 que establece su población en 6.338 habitantes, la mayoría mayores de 50 años.

A pesar de mitos y leyendas negras sobre la barbarie de sus gentes, las Hurdes son ejemplo de fecunda cultura oral, impares valores antropológicos y etnográficos, de importantísimos vestigios prehistóricos, donde sobresale una tradición folclórica notable con instrumentos musicales como el tamboril, la chirimía y la gaita, junto con las castañuelas que acompañan las danzas de los ramos, el sindo, el picau jurdanu, la espiga, valdobino, jota jurdana, la mona, la jaba, la charra, baile de las morcillas, zancos o chancos o la botella. Asimismo, desde los años ochenta del pasado siglo, es una de las comarcas más subsidiadas de España.

Al ser Las Hurdes. Tierra sin pan accesible en varios sitios web como Youtube, comento seguidamente unos cuantos detalles del film que me parecen sustanciales, basándome en el criterio deducido del estudio tanto personal como de otros muchos que ido recogiendo. Para comenzar es obvio que la elección de Buñuel y sus ayudantes de rodar en las más apartadas y retrasadas alquerías de las Hurdes Altas; Aceitunilla, El Gasco y Martilandrán, fue congruente con el guión previsto. De hecho, la flamante escuela de Aceitunilla solo merece un comentario malicioso sobre la moral impartida en la educación, cuando un niño robusto escribe en la pizarra con una caligrafía envidiable: “respetad los bienes ajenos”. El relator nos advierte que los riachuelos serranos surgidos de manantiales cristalinos tienen fondos apestosos mientras los huertanos beben, se lavan y los niños mojan un supuesto pan duro que, sorprendentemente, antes el relator nos informó que los niños reciben cada día en la escuela. Por otro lado, la visión de esta cinta describiendo hambruna en estos tiempos en que estamos acostumbrados a ver en televisión e internet, gracias a la eficaz labor de propaganda de ONGs, a niños famélicos en puros huesos y con el vientre abombado, genera dudas porque la figura y aspecto de esos supuestos niños famélicos hurdanos que describe la tétrica voz del narrador, no se corresponden con las imágenes que conocemos. Eso sí, se puede apreciar que a la mayoría de niños y adultos les han quitado los zapatos pues no tienen los callos en los pies de quienes de verdad andan descalzos, mientras que en Martilandrán, la niña que pasea con su madre portando una muñeca en la mano, ambas descalzas, tiene mofletes rollizos. Tampoco tiene pinta de morirse ni de hambre ni de enfermedad grave la guapa niña, por mucho que se acurruque, o la manden acurrucarse, contra la piedra granítica y el relator diga que gime y que pocos días después se enteraron que había muerto. Y la apariencia no engaña puesto que la niña aparentemente grave fue localizada como abuela de excelente salud en 1996.

Las Hurdes. Tierra sin pan. Niña enferma de gravedad

Las puestas en escena lastimeras del inicio del film son superadas con creces por las atroces posteriores. Y son los estudios rigurosos de estas escenas las que nos informan que la cabra no se despeña sola sino gracias a un tiro de pistola de Buñuel (siendo visible en el lateral derecho de la imagen la humareda del disparo) cansado de los numerosos intentos de atosigamiento infructuoso a la cabra hacia el barranco para filmar su caída «accidental». Por otro lado, creer que los hurdanos solo comían carne de cabra cuando una se despeñaba, es jugar con la ignorancia o la credulidad de los urbanos y los creyentes en la causa justa. La muerte del pobre burro que acarrea panales de abejas (nunca se hacía de día) y, tras caerse uno, fue atacado por enjambres de enfurecidas abejas que lo mataron a aguijonazos, es una cruel puesta en escena que se preparó embadurnando previamente la cabeza del asno con miel, bien atado y, como realmente no murió por las picaduras, en un estudio realizado sobre una copia digital que dura 20 frames se aprecia el instante en el que una bala perfora el vientre del pobre borrico, para poder rodar debidamente como era devorado por perros y buitres.
El culmen melodramático del cortometraje es el entierro del niño muerto con fondo musical de Brahms, filmado con uno vivo que se hizo adulto y vivió muchos años más. El semblante apacible del niño muerto y el rostro bello de la madre seria que no llorosa, inicia la secuencia del transporte del difunto al lejanísimo cementerio que, increíblemente, no puede llegarse por camino alguno, por lo que el supuesto cadáver insepulto, es depositado en una artesa que nos asegura recorre kilómetros rio abajo. La escena de depositar la artesa con el niño muerto rio abajo es un tanto bucólica y parece inspirada en la bíblica historia de Moisés salvado de las aguas del Nilo, aunque por la anchura, caudal y vegetación, es en el Alagón de meandros ya entonces repleto de veredas en sus orillas, donde colocan la artesa con el muertito vivo navegando tranquilamente y según sea el plano del film, unas veces amortajado con paño blanco y otras con paño floreado. Fallos de vestuario.

La parte dedicada a “Enfermedades y muerte” se inicia con una panorámica del cauce seco de un riachuelo en verano, cuna de la larva del mosquito anopheles que extendía el paludismo por aquellos valles: «Todos los hurdanos son palúdicos», asegura el narrador. Es cierto que Marañón y los médicos que formaron la comisión sanitaria para Las Hurdes en abril de 1922, registraron la existencia del paludismo en la región, pero afirmar que todos los hurdanos la sufrían es una exagerada lectura del informe firmado once años antes. Por otro lado, hay que señalar que a principios del siglo XX, el bocio era endémico en España con núcleos importantes en Galicia, Asturias, regiones pirenaicas, la Alpujarra y Las Hurdes, pero también en comarcas montañosas de los Alpes, Macizo Central francés y prácticamente todo los Balcanes por solo hablar de Europa. No por casualidad, la primera comisión sanitaria oficial que viajó a las Hurdes en abril de 1922 fue encabezada por los médicos; José Goyanes Capdevila y Gregorio Marañón y Posadillo cuyas tesis doctorales se centraban en el estudio de la glándula tiroides. Dicha comisión, solo detectó un anormal número de enanos y algún cretino en las recónditas alquerías donde filmó la mayoría de las escenas Buñuel. En su libro de apuntes de 1922 Marañón escribe sobre lo que ve en las alquerías más pobres de las Hurdes Altas: «El problema es muy grave, comparable con el descrito en los Alpes suizos, bocio endémico, cretinismo, enanismo de origen hipotiroideo». Los estudios científicos de campo inmediatamente posteriores hechos por Marañón en Las Hurdes, fueron fundamentales para su celebrado libro “El bocio y el cretinismo; estudio sobre la epidemiología española y la patogenia de esta enfermedad” (1927). Ya entonces se sabía que la deficiencia de yodo era el principal causante de la enfermedad, sin embargo, Marañón prefirió enfocar la labor en la mejorara de la alimentación, seguramente por las dificultades que entonces tendría organizar una campaña de suministro de sal yodada, a toda la población. Respecto al comentario del narrador sobre que por comer cerezas aún verdes los hurdanos sufrían de disentería, solo muestra cierto desparpajo o ignorancia del guionista de que la fuente de transmisión de esta enfermedad es fecal-oral por alimentos y agua.

En fin, los enanos y cretinos que ocupan el final del corto, «Un espécimen de cretino… otro cretino… un cretino casi salvaje» no se producen esencialmente, como dice el narrador, por causa de la mala higiene, el hambre y el incesto, sino por el bocio y solo en parte por la endogamia social propia de las comarcas aisladas, endogamia que no tiene por qué ser incestuosa.

Es peripatética la forma en que Buñuel describe la formidable tenacidad de los hurdanos quienes, con gran esfuerzo y laboriosidad crearon terrazas de labrantía en las laderas de las montañas trasladando la tierra y sujetándola con muros de piedra para sembrar minúsculos huertos en predios, mientras que el cineasta silencia el formidable esfuerzo de los abuelos de aquellos hombres que aunaron todos sus dineros para comprar los terrenos de aprovechamiento común que venían explotando entre todos desde tiempo inmemorial, en las subastas de la desamortización de Madoz. La titánica tarea colectiva de hacer de piedras pan de los hurdanos fue elogiada por Miguel de Unamuno en un artículo publicado en El Liberal refiriéndose a su viaje a las Hurdes en 1913: «Si en todas partes del mundo el hombre es hijo de la tierra, en las Hurdes la tierra es hija de los hombres».

El historiador Luciano Fernández Gómez y el documentalista y oriundo de la alquería hurdana de El Cabezo José Pedro Domínguez, a la sazón director e impulsor del Centro de Documentación de Las Hurdes inaugurado en 1996, han realizado un meritorio trabajo de recopilación histórica que aclara muchos entuertos sobre esta región. Así, nos enseñan que «Los inicios del siglo XX están marcados por la acción paternalista y los discursos moralistas de las denominadas “élites culturales, sociales y políticas” que intentan imponer su doctrina desde el exterior en una zona que según ellos carecían de los recursos “morales y materiales” necesarios para el desarrollo del pueblo». Entonces, describen el nacimiento en 1903 de la “Sociedad Esperanza de Las Hurdes”, con el apoyo de los eclesiásticos y significados representantes de la élite provincial desde postulados que reflejan la mentalidad regeneracionista moral burguesa propia de los comienzos de este siglo. Los objetivos de la Sociedad comprendían tanto la mejora material como espiritual de la región y utilizó los medios de comunicación de masas para difundir las carencias económicas y morales de la región. En 1908 se celebra un Primer Congreso de Hurdanófilos. La difusión de estas noticias animó al Rector de la Universidad de Salamanca Miguel de Unamuno, como delegado del gobierno en educación de las provincias de Salamanca, Cáceres, Ávila y Zamora, a visitar Las Hurdes en 1911 y 1914, acompañado por los franceses Jacques Chevalier y el geógrafo también galo Maurice Legendre guiados por “tío Ignacio” (Ignacio Pérez) natural de La Alberca quien fue acompañante de Legendre en sus doce viajes por la comarca. Sus dos viajes a Las Hurdes Unamuno los glosó en varios artículos en El Imparcial y El Liberal y posteriormente los resumió en: “Andanzas y visiones españolas” publicado en 1922. Por otro lado, el hispanista Legendre había comenzado a visitar las Hurdes en el verano de 1909 y, desde entonces, la visitó cada verano hasta abril de 1922 que acompañó a la Comisión Sanitaria sobre Las Hurdes presidida por el doctor Gregorio Marañón, preparatoria de la visita de Alfonso XIII en junio del mismo año. La publicación del libro de Legendre: “Las Jurdes: étude de géographie humaine” en 1927 por L’Ecole des Hautes Etudes Hispaniques en Francia como tesis para doctorado en la facultad de letras de Burdeos, tuvo poca repercusión en Francia y algo más en España. Sin minusvalorar algunas notables observaciones y fotos, el empeño rescatador del ultracatólico Legendre, su celo por salvar almas y cuerpos de hurdanos, le llevó a la exageración y la caricatura romántica. Pocos leyeron el libro de Legendre pero de los pocos, uno fue Luis Buñuel quien, prendado por la imágenes que contenía, procuró hacer una secuencia fílmica de las fotos del libro de Legendre en su cortometraje. Sin pretenderlo, Legendre fue promotor de la leyenda negra sobre Las Hurdes.

El diputado monárquico por el distrito de Hoyos-Hervás; Juan Alcalá-Galiano y Osma Romilla, en 1922 protestó enérgicamente en el Congreso y envió cartas al gobierno y al Rey denunciando el abandono sanitario y de todo tipo en que se encontraba su distrito. Estas protestas determinaron que el ministro de Gracia y Justicia y Gobernación Vicente de Piniés Bayona, encargase la formación de una comisión médica para estudiar y diagnosticar los problemas denunciados por el diputado Alcalá-Galiano. La comisión estaba formada por los médicos más respetados de la época; Ángel Pulido Fernández, Gregorio Marañón y Posadillo, Enrique Bardají López, José Goyanes Capdevila y Ricardo Varela y Varela. La comisión sintetizó su dictamen con la frase: «El problema de Las Hurdes es puramente sanitario» estableciendo su origen en la pobreza generalizada.

Tras el dictamen, en junio de 1922 el Rey Alfonso XIII recorrió a caballo las Hurdes durante cuatro días, habló con sus gentes y visitó muchos hogares. Como resultado de la visita se fundó bajo su patrocinio el Real Patronato de las Hurdes (1922-1931), una institución de Beneficencia destinada a remediar la situación material, social y moral en que se encontraba la región. Entre otras funciones, el Patronato inició obras de infraestructura, construcción de escuelas, caminos, puentes y carreteras, casas para médicos y maestros, estafetas de correos, cuarteles para la Guardia Civil, servicio de agua potable, repoblación forestal y planes de actuación contra las enfermedades endémicas.

Alfonso XIII volvió a las Hurdes el 30 marzo del año 1930 para comprobar el resultado de las medidas llevadas a cabo por el Real Patronato de Las Hurdes. Esta vez llegó en su auto Hispano-Suiza pues se había construido el puente sobre sobre el río Ladrillar (ahora reliquia conocida como Puente Viejo) que permitía un viaje sinuoso por carretera asfaltada entre Bejar y la alquería hurdana de Riomalo de Abajo. Aunque recortada la visita por la noticia de la repentina muerte de Miguel Primo de Rivera, el Rey pudo verificar la construcción de escuelas; instauración de un servicio sanitario completo con la incorporación de médicos; carreteras y caminos; puentes; etcétera.

Como referido, Buñuel se inspiró en el mencionado libro de Maurice Legendre sin tener en cuenta, pues estropeaba su proyecto denunciador, lo escrito por Miguel de Unamuno en su vivificante libro “Andanzas y visiones españolas” (1922) donde, con el rigor acostumbrado del bilbaíno, bebe agua fresca de la sierra; «del cántaro de una buena samaritana» en El Casar de Palomero en donde hay dos generadores de luz eléctrica y viven dos médicos. Luego describe la llegada a Pinofranqueado; «Un buen pueblo, sin nada de la ridícula leyenda del salvajismo hurdano». Pronto nos cuenta Unamuno el titánico esfuerzo de los hurdanos para mantener el raquítico huerto de patatas del que subsisten, del amor a su tierra madrastra, de la riqueza que supone la posesión de un asno. Para luego aclarar: «Mas yo las cuatro noches que dormí en las Hurdes dormí en cuatro diferentes camas y buenas, mullidas y limpias. En limpia y buena cama dormí en Las Erias, en casa del maestro de la alquería, de uno de esos maestros habilitados que la Diputación de Cáceres ha puesto por las Hurdes, de uno de esos heroicos ciudadanos que por un pobre estipendio van a luchar en una lucha no menos trágica y menos recia que la de los pobres hurdanos con su madrastra tierra». Las cabras que ve Unamuno veinte años antes que Buñuel y sus amigos, no se despeñan sino que regresan de triscar por el monte por la tarde para dormir en la cuadra situada en el bajo de la casucha de piedra. Cuando remontan a una de las miserables alquerías altas, Unamuno relata: «colgada en las abruptas cuestas de un sombrío repliegue de la montaña, allí apenas si hay sol. Sus misérrimos moradores son, en su mayoría, enanos, cretinos y con bocio. Nuestros informantes atribuíanlo a la falta de luz del sol. Otros lo han atribuido, al buen tuntún, a lo corrompido de las aguas. Y parece ser que es todo lo contrario: que ello se debe a la pureza casi pluscuamperfecta de las aguas, a que las beben purísimas, casi destiladas, sin sales, sin iodo sobre todo, que es el elemento que, por el tiroides, regula el crecimiento del cuerpo y la depuración del cerebro… ¡Pobres hurdános! Pero… ¿salvajes? Todo menos salvajes. No, no, no es una paradoja lo de mi amigo Legendre, el inteligente amador de España; son, sí, uno de los honores de nuestra patria».

Y es notorio que, tras verificar con ojo crítico Las Hurdes. Tierra sin pan, el dictamen de Unamuno sobre los niños hurdanos de 1913 me parezcan mucho más creíbles que el del cortometraje: «Una de las cosas que más han llamado mi atención en las Hurdes es la gran cantidad de niños preciosos, sonrosados, de ojillos vivarachos, que he visto. Luego se estropean en aquella terrible lucha por el miserable sustento». ¿Niños vivarachos y sonrosados hambrientos? «Y siempre las quejas. “Por aquí debía venir el rey a comer lo que comemos”—decía una mujer que, si no era vieja, lo parecía. Y decíalo en muy claro y muy neto castellano. Porque eso de que ladren o poco menos, es otra patraña. Hablan castellano, y lo hablan muy bien. Y no huyen de los visitantes. Al contrario, acércanse a ellos a pedirles cigarrillos y por si cae alguna perrilla que les remedie». También Unamuno narra su sorprendente encuentro de restos de periódicos, libros en las casas y niños bastante normales y bien escolarizados, es decir, describe una sociedad pastoril pobre, quizá algo más pobre que otras de la España montañosa casi incomunicada de la época.
Mientras tantos prefirieron y prefieren la brocha gorda demagógica, Unamuno que despreciaba la sociología y a los sociólogos, descubre la verdad de los motivos de los hurdanos apegados a su pobre tierra: «Y prefieren mal vivir, penar, arrastrar una miserable existencia en lo que es suyo, antes que bandearse más a sus anchas teniendo que depender de un amo y pagar una renta. Y luego es suya la tierra porque la han hecho ellos, es su tierra hija, una tierra de cultivo que han arrancado, entre sudores heroicos, a las garras de la madrastra naturaleza, Ellos la han hecho, cada uno la suya, apoyando un olivo, construyendo un bancal para una cepa, rehaciendo la cerca que destrozó la avenida de aguas o el jabalí». Esta observación se acerca mucho a la cosmovisión cercana al paradigma constado por el mencionado antropólogo George Foster titulado: “La imagen del bien limitado”, en que el campesino pobre interioriza la escasez de recursos y oportunidades. Todo se percibe como finito: riqueza, honor, status, poder, influencia, seguridad, etcétera.

Si en la Hurdes de 1933 no había caciques, ni terratenientes, ni explotación del hombre por el hombre. Si la tierra, la pobre y escasa tierra, era propiedad de quienes la trabajaban, si no existían estructuras ni mecanismos de apropiación del producto del trabajo por aristócratas, curas o capitalistas ¿Hacia quien o quienes lanzaron sus envenenadas flechas Buñuel y sus recientes camaradas del PCE: Rafael Alberti, María Teresa León, Rafael Sánchez Ventura, Gustavo Durán, Miguel González, César Falcón, los franceses miembros del PCF Pierre Unik y Eli Lotar, todos apoyándose en la flamante prosoviética Unión de Escritores y Artistas Proletarios Revolucionarios dirigida por Rafael Alberti? Obviamente, trataron de buscar una respuesta emocional en las masas indignadas que derivara a la conclusión de que un Estado que permite semejante situación no merece respeto ni fidelidad. Se trataba de producir una obra de agitación y propaganda incentivadora de la revolución social, siguiendo la senda de Serguéi Eisenstein y Grigori Aleksándrov, entonces perfeccionadas por Willi Münzenberg, el genio de la propaganda de la Comintern y amigo berlinés de Julio Álvarez del Vayo desde 1918 hasta que Stalin lo señaló como traidor en 1937 y, a pesar de intentar escapar, en 1940 sicarios del dictador soviético lo ahorcaron de un árbol en Francia. Contra el Estado sí, pero no contra cualquier forma de Estado como pretendía con su cándido mecenazgo el anarquista escultor, humorista gráfico, Ramón Arsenio Acín Aquilué que financió el cortometraje de Buñuel con 20.000 pesetas que logró de un premio de lotería, los dardos eran contra el Estado burgués que aunque republicano, no era el de la soñada dictadura del proletariado que en aquel tiempo dirigía con puño de hierro Iósif Stalin.

La primera proyección pública de Las Hurdes (tierra sin pan fue añadido posteriormente) se produjo en diciembre de 1933 en el madrileño Palacio de la Prensa. Al ser una película muda, fue glosada por el mismo Buñuel sobre el fondo musical de la cuarta sinfonía de Brahms. Asistieron a la proyección los mencionados amigos y camaradas del director, junto con personalidades y escritores reconocidos, es decir, la flor y la nata del Madrid de la época. Las escasas crónicas de aquel evento se contradicen pues algunas aseguran que estuvieron Marañón y Unamuno y otras lo desmienten. El caso es que acababan de ganar las elecciones generales la derecha y en octubre se había formado un gobierno de coalición Radical-Cedista poco propenso a las exaltaciones propagandistas de izquierdas, mientras que la censura previa se ejercía a través de la Ley de Defensa de la República de 1931, por lo que la comercialización del cortometraje requería el visto bueno del gobierno. El indudable prestigio de Marañón inclinaba a pensar que su visto bueno sería esencial para la proyección del corto en las salas comerciales, pero al médico no solo no le gustó sino que le malhumoró mucho. En su autobiografía titulada: “Mi último suspiro” publicada en 1982, Buñuel da una versión un poco diferente sobre el asunto insinuando que se entrevistó con Marañón poco después de la presentación y pone en su boca el siguiente reproche: «¿Por qué enseñar siempre el lado feo y desagradable? Yo he visto en Las Hurdes carros cargados de trigo. ¿Por qué no mostrar las danzas folklóricas de La Alberca, que son las más bonitas del mundo?». Lo indiscutible es que Marañón, como científico riguroso que estudió sobre el terreno los problemas sanitarios y sociales de la región y luego, como miembro de la Junta de Consiliarios Real Patronato de Las Hurdes desde 1922, impulsor de las Factorías, instituciones benéficas en cuyos edificios se albergaban a médicos, maestros, estafetas de correos y Guardia Civil en todos los municipios antes de 1932, no estaba dispuesto a permitir embauques promovidos por intereses políticos. Desde el principio lo dejó claro en su informe redactado tras la inspección de la comisión médica de las Hurdes en 1922 donde subrayó: «Nosotros por el contrario hemos confesado que no hallamos en Las Hurdes ninguno de los elementos legendarios que sirvieron de tema a los cronistas, ni razas distintas, ni seres salvajes y de costumbres extrañas, ni pueblos de liliputienses, sino solo alquerías habitadas por pobres gentes, inteligentes y dulces pero asoladas, ignorantes y, sobre todo, temiblemente hambrientas y enfermas de gravedad».

El gobierno del Frente Popular en 1936 subvenciono un nuevo montaje de Las Hurdes. Tierra sin pan y promovió su proyección pública. La Junta de Extremadura ha logrado suavizar el enfado de los hurdanos y otros extremeños mediante grandes dosis de contextualización. Desde la guerra civil hasta los inicios de la década de los 70, es decir, durante la dictadura franquista, se escriben diversos libros de viaje que alimentan esta leyenda negra, entre otros: “Caminando por Las Hurdes” de Antonio Ferres y Armando López Salinas en 1960; “Las Hurdes. Tierra sin tierra” de Victor Chamorro en 1968; “Las Hurdes Clamor de Piedras” de Juan Antonio Pérez Mateos en 1972.

Con la película de animación titulada: “Buñuel en el laberinto de las tortugas” dirigida por Salvador Simó Busson, basada en la novela gráfica del mismo título escrita por Fermín Solís en 2009, al conseguir el Premio Feroz Puerta Oscura al mejor largometraje de la sección oficial en el vigésimo segundo Festival de Cine en Español de Málaga (2019) el mito se prolonga pues lejos de aclarar algo, el cúmulo de anécdotas enredan y ocultan los cómos y porqués del guión y producción del film mímico melodramático divulgado como documental antropológico. Pero contextualizando personajes y épocas, para comprender mejor este asunto quizá solo sea necesario recordar que Buñuel expresó en varias ocasiones que priorizaba la justicia a la verdad, refiriéndose a lo que él entendía por justicia claro.

En mayo de 1931 el gobierno provisional de la República retiró el término Real dejando el nombre de la institución como “Patronato Nacional de Las Hurdes” al tiempo que cambiaba su dirección y estructuras de financiación. Poco se sabe sobre su labor durante la II República. Sí que priorizó la Misión Pedagógica que dirigió Fausto Maldonado Otero y, al parecer, llegaron unos cuantos maestros seguidores de la Pedagogía Freinet (metodología basada en los principios: activa, popular, natural, abierta, paidológica, cooperativista, metodológica y anticapitalista) cuyos informes son tajantes respecto a la necesidad de mejorar las cantinas escolares, ampliar la clases escolares para adultos, mejorar la calefacción que era mayoritariamente con braseros, fundar bibliotecas escolares, petición de Misiones Pedagógicas, necesidad de aparatos de radio, de proyecciones y cinematógrafos en las escuelas. Los pocos informes conservados de la época constatan la alta asistencia de los niños, la obligación de ir bien aseados y la repetición de los castellanísimos apellidos: Gómez Martín, Iglesias, Sánchez y Pérez.

En 1941 se inauguró en Las Hurdes el Hogar Escolar “Francisco Franco”. En 1952 se fundó la institución humanitaria: Cottolengo del Padre Alegre, como ente privado de caridad, acogiendo y asistiendo solamente a personas desamparadas. Durante muchos años, esta institución se convirtió en centro de maternidad. Imitando a Alfonso XIII, Francisco Franco visitó Las Hurdes el 10 de mayo de 1954 y declaró a los hurdanos como ahijados suyos prometiéndoles “preocuparse” por los desvalidos y desprotegidos. En 1955 el gobierno aprobó un plan de desarrollo para mejorar las condiciones de vida de Las Hurdes, a través de medidas incentivadoras de desarrollo rural, fomento de la artesanía, las cooperativas y mejora de la sanidad y radicalización del analfabetismo.

Pero la labor de planificación más transcendente del franquismo en las Hurdes fue la repoblación forestal iniciada en 1940 como parte del Plan Nacional de Repoblación Forestal (PNRF) aprobado en 1939. El organismo que lo planificó y puso en marcha fue el Patrimonio Forestal del Estado (PFE) en colaboración con la diputación provincial y los respectivos ayuntamientos de la región. Esta forestación se planteó como aprovechamiento racional del territorio, ya que la orografía y escasez de suelo fértil de la comarca determinaba que su utilización más lógica fuera la forestal. También, como en otras regiones montañosas, la reforestación conllevaba paliar el alto paro rural. Como he señalado, los hurdanos tenían la tradición del uso del monte vecinal en mano común que la desamortización de Madoz anuló y que ellos lograron sobreponer con la adquisición de los lotes desamortizados. Para conseguir el interés de los propietarios privados de colaborar en la consecución de los objetivos de la repoblación, se utilizaron los consorcios entre el propietario y el Patrimonio Forestal del Estado. El propietario cedía el uso del monte al PFE a cambio de pasado el tiempo en que el bosque repoblado comenzara a ser aprovechado el propietario pudiera resarcirse con la mitad de los beneficios de la explotación. En 1971 el PFE fue suprimido y sustituido por el Instituto Nacional para la Conservación de la Naturaleza (ICONA). Sin embargo, estas instituciones en buena lógica fueron dirigidas por ingenieros de montes con criterios e intereses diferentes al de los campesinos y sobre todo los ganaderos. En concreto, para Las Hurdes con el doble objetivo de evitar la progresiva degradación del suelo y generar un bosque rápidamente, se determinó repoblar con pinos autóctonos en las zonas donde reinaban los jarales pringosos que: «eran hijos del incendio, debiéndose atribuir la extensión actual de sus dominios a las rozas abusivas con el fin de ganar terrenos de pastos». Esta imposición redujo la apicultura y, como impedía el pastoreo en los terrenos recién repoblados, generó el rechazo de los vecinos que explotaban en régimen extensivo ganado caprino.

Sin embargo, poco a poco Las Hurdes se fueron integrando al tiempo de la nación. Con la democracia se aprobó el Plan Especial de las Hurdes 1976-1983 de Desarrollo Integrado al que sucedieron otros menos generales. En 2019 las cifras de paro en los municipios de la comarca era inferior a la media de la provincia de Cáceres.

CONCISA HISTORIA DEL PSOE

De “Evocaciones de un cambio de rumbo”

05/11/2018

N.B.2 20/12/2022.

Reconozco que cuando escribí este artículo no conjeturé el extravío al que ha llegado el PSOE dirigido por Pedro Sánchez Pérez-Castejón, a pesar de los antecedentes del individuo y del mismo PSOE. Como tantos otros, caí en la trampa UE al creer que en la España integrante de la Unión Europea, el asalto a las instituciones del Estado por parte del ejecutivo y la mayoría parlamentaria, no podía ocurrir. No solo no medí el deterioro democrático de las instituciones de la UE, la corrupción sistémica de la que apenas tenemos reciente noticia del Parlamento Europeo y de la Comisión, ambas instituciones a merced del cabildeo político de lobbies y dictaduras adineradas, tampoco pude imaginar hasta qué punto de ignominia llegaría el PSOE-PCC y sus socios del gobierno, al pactar indultos y leyes absolutorias con los supremacistas catalanes y vascos, cuyo propósito explicito es la disolución de la Constitución y la abolición de la monarquía parlamentaria.

Estamos ante un intento soez de aniquilación del principio democrático que establece que ni el gobierno ni la mayoría parlamentaria pueden estar por encima del Estado de derecho y de su Constitución. Estamos ante una amnistía camuflada a los sediciosos condenados por la asonada del 27 de Octubre de 2017. Estamos ante la despenalización del delito de sedición por la puerta de atrás. Estamos ante una alevosa utilización fraudulenta del trámite de enmiendas para modificar la Ley Orgánica del Poder Judicial y la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional, que no sólo es flagrantemente inconstitucional sino que supone el principio del fin de la ya maltrecha y escarnecida separación de poderes. Estamos ante la dolosa conversión de la sedición en desórdenes públicos y la atenuación del delito de malversación. Estamos ante el asalto a instituciones y órganos estatales y privados de comunicación (EFE, RTVE, PRISA), de gestión y difusión de elecciones (Indra), estadísticos y de encuestas (CIS), de Correos, de la escuela, la universidad, etc. Estamos ante despropósitos en forma de leyes y decretos basados en el populismo woke identitario y seudoecologista, que consagra la discriminación en función de la naturaleza racial, sexual o nacional de cada individuo. Estamos ante la imposición de una historia oficial de Estado a través de la Ley de Memoria Democrática. Estamos ante el asalto confiscatorio de unos insaciables derrochadores idólatras del Estado y partidarios del absolutismo estatal. Estamos ante la imposición de doctrinas y usurpaciones seudocientíficas mediante leyes retrógradas como la de cambio climático y transición energética.

El estimable análisis que Curzio Malaparte realizó para descubrir las técnicas modernas de golpe de Estado en “Técnicas de golpe de Estado”, al publicarse en 1931 solo abordó someramente la fracasada fórmula de golpe aplicada por Hitler entre el 8 y el 9 de noviembre de 1923, conocida como Putsch de la Cervecería. Nueve años más tarde, el Partido Nacional Socialista Alemán de los Trabajadores (Nazi) se consolidó como la fuerza más votada del parlamento. Ante la situación, el Presidente de la República, Paul von Hindenburg, nombró a Hitler canciller de Alemania el 30 de enero de 1933. Tras el provocado incendio del Reichstag (parlamento) el 27 de febrero de 1933, Hitler pidió al anciano Hindenburg la declaración del estado de emergencia a la que este accedió. Seguidamente, Hitler ordenó arrestos masivos de opositores. Asimismo, convocó nuevas elecciones el 5 de marzo en las que el Partido Nazi logró el 43.91% del voto popular y 288 de 647 escaños. Sin mayoría absoluta, Hitler logró coaligarse con el Zentrum, liderado por el católico Ludwig Kaas, y los nacionalistas del Partido Nacional del Pueblo Alemán liderados por Alfred Hugenberg. Tres semanas después de las elecciones, tras arrestar a muchos diputados de la oposición, el 23 de marzo de 1933 el parlamento controlado por Hitler aprobó la Ley Habilitante que otorgaba todo el poder legislativo al gobierno, aboliendo con ello la Constitución de Weimar por la puerta de atrás. Asimismo, la Ley Habilitante inició el “proceso” llamado “Gleichschaltung” (asimilación, coordinación y unificación). El golpe de Estado se consolidó tras la muerte de Hindenburg en agosto de 1934 cuando, con el amedrentamiento del proceso de asimilación y la absorción del poder legislativo y judicial, Hitler pudo declarar vacante la presidencia de la república y asumirla junto con la cancillería con el nuevo cargo de Führer, “guía” del pueblo alemán.

Cuando dentro de pocas semanas el gobierno de coalición PSOE-Podemos y sus aliados separatistas supremacistas, logren el control del Tribunal Constitucional y el del Consejo General del Poder Judicial ¿Aprobarán una ley habilitante que permita la reedición de la I República en forma de farsa y, con ello, la disolución de la nación española?

N.B. 04/07/2021.

Desde la publicación de este artículo en noviembre de 2018, hasta principios de julio de 2021 en que redacto esta nota, el PSOE dirigido por Pedro Sánchez Pérez-Castejón, tras ganar la moción de censura contra Rajoy gracias a su alianza con Podemos, Izquierda Unida, Esquerra Republicana de Cataluña, Partido Demócrata Europeo Catalán, Compromís, Partido Nacionalista Vasco y Nueva Canarias el 1 de junio de 2018, logró aumentar su representación parlamentaria convocando dos elecciones generales en pocos meses. La ultima intentona fue el 10 de noviembre de 2019 donde el PSOE logró el 28% de los votos y 120 escaños (tres menos que en la anterior legislatura). Ante el fracaso, Sánchez se desdijo de sus promesas electorales y se abrazó con Pablo Iglesias Turrión después de acordar un gobierno de coalición con Unidas Podemos. Así, Sánchez Pérez-Castejón fue investido presidente del consejo de ministros del gobierno de España el 8 de enero de 2020, gracias a los votos de PSOE, Unidas Podemos, Partido Nacionalista Vasco, Más País-Compromís, Nueva Canarias, Bloque Nacionalista Gallego y Teruel Existe, junto con las abstenciones de Esquerra Republicana de Cataluña y Euskal Herria Bildu. Un día después Sánchez formó el llamado «gobierno Frankenstein», denominación articulada por el predecesor de Sánchez, Alfredo Pérez Rubalcaba porque: «los socialistas “no pueden” ir a la investidura de la mano de partidos independentistas que quieren romper aquello que ellos quieren gobernar».

Enlazar a: La agenda del PSOE camino de servidumbre

Existen sobrados libros de texto y en bibliotecas oficiales de dedicados al oxímoron Memoria Histórica, tal que la de Andalucía, las bibliotecas de la Generalidad de Cataluña y el Born Centro de Cultura y Memoria o el Centro Documental de la Memoria Histórica del ministerio de cultura del gobierno de España, en donde abundan los relatos de parte y las crónicas ideologizadas. En no pocos casos se trata de un auténtico festín de maniqueísmo con anverso victimista y reverso supremacista, donde la memoria es un accesorio utilitario para justificar el mensaje.

Al mismo tiempo, asistimos a encendidas puestas en escena de reivindicaciones de justicia y reparación para las víctimas del franquismo. Uno de los protagonistas famosos de estas funciones es el exjuez inhabilitado por el Tribunal Supremo de España, Baltasar Garzón Real, auténtico “adalid de la justicia universal” según el veterano socialista Joaquín Leguina Herrán. El caso es que Baltasar Garzón apoyado incondicionalmente por su íntima amiga y expresidenta de Argentina Cristina Fernández de Kirchner y la no menos colaboradora tras el caso Menen, la jueza peronista María Romilda Servini de Cubría, se ha propuesto juzgar a los pocos vivos y a los muchos muertos, aunque parece tener dificultades en distinguirlos puesto que pidió el parte de defunción de Franco. Dice hacerlo para lograr “la justicia histórica”, un debatido sintagma derivado del objetivo de evitar la repetición de la barbarie manifestada en Auschwitz que sí, de verdad se trata de justicia, debería ampliarse al Gulag, la Cheka, el genocidio armenio, Paracuellos del Jarama, Dresde/Hamburgo, Hiroshima/Nagasaki, Katyn y los vigentes «Laogai» (educación a través del trabajo) de China. Es evidente que el olvido evita las lecciones que puede proporcionarnos la historia, pero la pretensión de poseer la verdad histórica por el mero hecho de alinearse con unas tesis pretendidamente inequívocas a todas las víctimas es, cuanto menos, un reduccionismo sospechoso de impostura, por cuanto el exjuez asegura que dicha justicia histórica se obtendrá por medio de leyes como la de Memoria Democrática de Andalucía y la revisión de la estatal vigente que establecerá “la comisión de la verdad”, es decir, la confección de un relato histórico indiscutible oficial de Estado, por parte de unos cuantos individuos designados por políticos, según propone el gobierno del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), presidido por Pedro Sánchez Pérez-Castejón.

No hay nada más loable que la reparación de las víctimas producidas por hechos execrables injustos perpetrados por el poder, sin embargo, a la frase adjudicada a Séneca: «nada se parece tanto a la injusticia como la justicia tardía» se le debe añadir; la prevención hacia las acusaciones generalistas y los filtros imprescindibles que establezcan la autenticidad de las víctimas y los derechos que corresponden a sus herederos además del resarcimiento de la dignidad de sus antepasados. Por tanto, a estas alturas declarar, por ejemplo, que la Ley de Amnistía de 1977 es “una ley de punto final” es, cuanto menos, un desparpajo insostenible a la luz de los hechos. Que sean algunos nietos y bisnietos de los protagonistas de la II República, la guerra civil y, sobre todo, de la dictadura de Franco, ahora políticos profesionales o aspirantes a serlo, quienes cuestionen la legitimidad del sistema político vigente consagrado por la Constitución de 1978, por tener el pecado original de “filofranquismo” puesto que, según ellos, la Transición no depuró a los responsables del «genocidio franquista», parece un exceso del deseo edípico si no fuera porque integra, como señalan la mayoría de sus paladines como, por ejemplo: el profesor titular de filosofía del derecho de la Universidad Carlos III de Madrid; Rafael Escudero Alday en: “un instrumento político de futuro”. Acabáramos, no solo se trata de una labor historiográfica basada en la pretensión de aproximarse lo más posible a la verdad histórica para resarcir a las víctimas, también es, sobre todo es, un instrumento político de futuro desplegado por el PSOE y apoyado por los partidos y partidarios que le apoyaron en la moción de censura contra el gobierno del Partido Popular el 2 de junio de 2018.

Recordemos que el PSOE es el único partido político español que, desde 1879 hasta el momento que escribo estas líneas a finales de octubre de 2018, ha protagonizado buena parte de los acontecimientos de nuestra historia, acontecimientos que se pueden identificar con fechas y palabras clave en que, los sucesos beneméritos o épicos son ensombrecidos por muchos otros que no permiten vanagloria alguna.

El doctor en Historia por el Instituto Europeo de Florencia; Antonio Muñoz Sánchez describe pormenorizadamente en su tesis doctoral publicada con el título “El amigo alemán” (2012), las relaciones entre el Partido Socialdemócrata Alemán SPD y el PSOE a finales de los años sesenta y la década siguiente del pasado siglo. En este ensayo, Muñoz Sánchez narra el lavado de cara ideológico y de imagen del PSOE previos a la Transición democrática que los entonces poderosos dirigentes del Partido Socialdemócrata de Alemania (Sozialdemokratische Partei Deutschlands; SPD) Willy Brandt, Helmut Schmidt y el diputado Hans Matthöefer, a quien se apodaba “el diputado por Barcelona”, junto con el no menos poderoso socialdemócrata sueco Olof Palme, lograron imponer en el congreso del PSOE celebrado en Suresnes en octubre de 1974, una nueva dirección en detrimento de la sempiterna del exilio encabezada por el veterano pedagogo masón y krausista Rodolfo Llopis Ferrándiz. Los nuevos dirigentes elegidos tras numerosos cabildeos, fueron los entonces jóvenes sevillanos del famoso clan de la tortilla encabezados por Felipe González Márquez aunque, para evitar escisiones, fueron incluidos Nicolás Redondo Urbieta, José María Benegas y dos miembros de la Agrupación Socialista Madrileña que habían votado en contra del nuevo secretario general: Francisco Bustelo y Pablo Castellano. El apoyo del SPD al renovado PSOE fue “financiero, logístico y de entrenamiento”, además de erigirse en garante internacional (sobre todo ante EEUU representado por su entonces poderoso secretario de Estado Henry Kissinger) de la homologación ideológica acorde con la socialdemocracia europea, según los cánones germano-escandinavos elaborados en el programa del SPD conocido como “Bad Godesberg” en noviembre de 1959, fueron sintetizados en el lema: “Socialismo es libertad”. A los noveles dirigentes, los alemanes en aquel tiempo les encumbraron y famosearon gracias a las suculentas aportaciones dinerarias provistas por la Fundación Ebert y el poderoso sindicato IG Metall. El monto de la ayuda para la reconstrucción del PSOE y UGT nunca fue declarado oficialmente, pero tanto los estudios de Eusebio Mujal-León como los del mencionado historiador Antonio Muñoz Sánchez, junto con el testimonio del delegado en España de la Fundación Friedrich Ebert; Dieter Koniecki como proveedor de fondos al PSOE entre 1975 y 1982, coinciden en la cifra redondeada de 20 millones de dólares (95 millones de dólares de 2018). Con todo, los flamantes dirigentes tuvieron que emplearse a fondo para conseguir el blanqueo definitivo que exigían sus benefactores alemanes; abandonar el marxismo. No lo lograron en el XXVIII Congreso, pero si en el siguiente extraordinario. Así, aquel aseado PSOE se presentó ante los españoles como “el partido de los cien años de honradez”.

Recuerdo el título, no así el contenido, de un artículo leído en Internet hace dos o tres años: “Cuando el PSOE era Podemos” por sintetizar que la auténtica raíz ideológica de un partido sin ideólogos ni estrategas dignos de tal nombre, siempre vuelve do solía; es decir, a su Programa Máximo de 1879 inspiradísimo en el “Manifiesto del Partido Comunista” (1848) de Marx y Engels. Se que esta afirmación puede parecer una insolencia o una provocación, sin embargo, es una constante histórica del PSOE en los momentos de tribulación donde su brújula ideológica confunde el norte por el sur y percibe el resuello del competidor por su oreja izquierda. Entonces, sus considerandos sobre la sociedad recuperan su tradicional tactismo de dirección variable, siempre comprobable en el contraste de sucesos que ha protagonizado durante su historia.

Acorde con su programa máximo redactado y publicado en 1888 y tras tres decenios de enmarañada implantación social y parca relevancia, el PSOE promovió la huelga general revolucionaria de 1917 (UGT y CNT) que pretendió derrocar al régimen semidemocrático de la Restauración borbónica. La huelga fue encabezada por Francisco Largo Caballero y Daniel Anguiano Mangado por UGT y por Julián Besteiro Fernández y Andrés Saborit Colomer por el PSOE. Aplastada por el ejército, el balance oficial de la huelga fue de 71 muertos, 200 heridos graves y más de 2000 detenidos, mientras sus dirigentes fueron condenados a cadena perpetua por sediciosos, condena que purgaron en el penal de Cartagena unos meses al ser liberados tras ser elegidos diputados. Fracasada la intentona, el PSOE cambia su discurso internacionalista para empezar a “comprender” a los nacionalistas catalanes y vascos al punto de apoyar las reivindicaciones del nacionalismo burgués de Francesc Cambó.

En el XI Congreso de diciembre de 1918 Andreu Nin Pérez logra que se apruebe su propuesta de modelo de estado español, mediante una “Confederación republicana de nacionalidades ibéricas”. Nuevo giro copernicano táctico del PSOE al colaborar con la dictadura de Primo de Rivera entre 1923 y 1930 a través de la UGT dirigida por Francisco Largo Caballero.

Tras perder las elecciones generales de 1933 el PSOE en boca de su máximo dirigente de facto Francisco Largo Caballero, ya entonces llamado “el Lenin español” hizo honor a su apodo abandonando la “vía parlamentaria” para alcanzar el socialismo. En consecuencia, el PSOE optó por la vía insurreccional armada en octubre de 1934. Fue un intento de golpe de estado anticonstitucional en alianza con el Partido Comunista de España y la Generalidad de Cataluña presidida por Lluís Companys Jover de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC). La intentona tuvo el trágico desenlace de: 1.375 muertos, 2.945 heridos, 935 edificios destruidos (58 eran iglesias); 66 líneas férreas cortadas; 58 puentes volados; 31 carreteras interceptadas y 14 millones de pesetas desaparecidas. Pero el programa único del PSOE de entonces no se paraba en barras ante los costes en vidas humanas y bienes, sus dirigentes en 1936 ya no lo disimulaban. Las palabras de Largo Caballero en “El Socialista” del 9 de febrero de 1936 son preclaras: «Estamos decididos a hacer en España lo que se ha hecho en Rusia. El plan del socialismo Español y del comunismo Ruso es el mismo».

Tras el golpe de Estado del 18 de Julio de 1936 que desencadena la guerra civil, los gobernantes del Frente Popular inician políticas de guerra represivas que conducen a desmanes y crímenes descontrolados de los que solo algunos se arrepentirían. Uno de los más truculentos los protagonizó el escolta de Indalecio Prieto, Agapito García Atadell como jefe de la Brigada del amanecer luego legalizada por el Director General de Seguridad Manuel Muñoz Martínez, como «Milicias Populares de Investigación». A los primeros “paseos” (asesinatos nocturnos sin juicio) de estas milicias y otras de partidos del Frente Popular y sindicatos UGT y CNT, siguieron el establecimiento por toda la zona republicana de centenares de cárceles y salas de tortura conocidas como “chekas” relacionándolas con las soviéticas de Lenin-Stalin. Como presidente de gobierno, Francisco Largo Caballero nombró a su compañero Ángel Galarza Gago ministro de gobernación el 4 de septiembre de 1936, pero Galarza, lejos de eliminar las chekas, las legaliza. Famosas por terroríficas fueron las checas de Madrid dirigidas por miembros del PSOE o UGT ubicadas en el Círculo de Bellas Artes- Calle Fomento, en la calle Martínez de la Rosa, en la calle Marqués de Cubas 19 con una auxiliar en Montera 22 comandadas por el ugetista, Felipe Ortiz Torres, la de la Agrupación Socialista Madrileña montada por el diputado del PSOE Luis Pastrana Ríos y dirigida por Anselmo Burgos Gil en la de la calle Marqués de Riscal luego trasladada al convento de Santa Úrsula de Valencia. Los diarios asesinatos en la Ciudad Universitaria, secuestros y robos por doquier de García Atadell con su compadre el abogado Pedro Penabad Rodríguez y sus secuaces fueron tan enormes que, los compañeros de faena del Partido Comunista de España (PCE) y de la Federación Anarquista Ibérica (FAI) iniciaron su persecución, por lo que García Atadell y sus más íntimos secuaces se refugiaron en la zona franquista donde fueron capturados, juzgados y ejecutados.

Si los deleznables sucesos antedichos han sido justificados por muchos como desgracias perpetradas en momentos críticos de la guerra, los protagonizados por los principales dirigentes del PSOE: Francisco Largo Caballero, Indalecio Prieto Tuero, Juan Negrín López y Amaro del Rosal Díaz, indubitablemente documentados en los archivos históricos, por su transcendencia, merecen tenerlos en cuenta como aviso. Fue ante la incapacidad del gobierno del Frente Popular en conseguir créditos dentro y fuera de España y los limites recaudatorios de la continua emisión de billetes por su efecto inflacionario galopante, por lo que Negrín, a la sazón ministro de Hacienda del gobierno de Largo Caballero, ordenó al director general del Tesoro y Seguros dirigente de Izquierda Republicana Francisco Méndez Aspe proceder a la confiscación de monedas, lingotes de oro y alhajas de las bóvedas del Banco de España (585.000 kilos de oro empaquetado en 7.800 cajas de municiones de 75 kg cada una) una reserva de oro que había sido registrada por las estadísticas internacionales en mayo de 1936 como la cuarta más grande del mundo. No menos cuantiosas fueron las requisas e incautaciones perpetradas por la Caja General de Reparaciones de Daños y Perjuicios de la Guerra, institución creada en septiembre de 1936 mediante un decreto firmado por Negrín y dirigida durante toda su existencia por el miembro de la Comisión Ejecutiva de la UGT; Amaro del Rosal Diaz. El nombre de la Caja indica sus fines, los bienes y fondos que la sustentaron procedieron de los bienes de los considerados como “sediciosos, rebeldes o desafectos” señalados por tribunales especiales llamados populares, además de las denuncias de los partidos que conformaban el Frente Popular. Las incautaciones fueron realizadas directamente por juntas provinciales calificadoras, los sindicatos UGT y CNT, comités populares, etcétera. Así, fueron requisados bienes, fincas rusticas y agropecuarias privadas, bienes y obras artísticas de la Iglesia católica y de particulares, acervos diversos en domicilios particulares que incluyeron muebles, títulos bancarios, metales preciosos, inmuebles urbanos, joyas y depósitos en cajas de ahorro y Monte de Piedad, colecciones de pinturas, esculturas y joyas de elevado valor histórico-arqueológico. Ni durante la guerra ni tras ella, Francisco Méndez Aspe o Amaro del Rosal Díaz rindieron cuentas ni publicaron un inventariado íntegro de la riqueza incautada por la Caja General de Reparaciones y del uso que hicieron de tal enorme caudal que constituía el ahorro y patrimonio de millones de españoles de toda condición. Hasta el fallecimiento de Juan Negrín en 1956 cuando su hijo Rómulo, siguiendo instrucciones de su padre, entregó el llamado el «Dossier Negrín» al gobierno español, no hubo expediente justificativo procedente de los responsables de las incautaciones. Aunque los historiadores Enrique Moradiellos García, Ángel Viñas y Ricardo Miralles Palencia defienden la gestión política de Negrín, la económica no tanto, otros que conforman mayoría como Pablo Martín-Aceña Manrique, Fernando García de Cortázar, Alberto Reig Tapia, Francisco Gracia Alonso y Gloria Munilla Cabrillana son menos benevolentes, en concreto, Gracia Alonso y Munilla Cabrillana detallan en “El tesoro del Vita” datos específicos sobre el expolio histórico-artístico perpetrados por Negrín y Prieto, mientras que el exiliado durante el franquismo Francisco Olaya Morales designa estos episodios de criminales.

Lo incuestionable es que el dosier Negrín es incompleto e inexacto, no informa sobre los criterios y las fórmulas con que semejante tesoro fue empleado o repartido en las manos que lo hicieron esfumarse. Lo comprobado es que además de las 510 toneladas de oro que acabaron en los sótanos del Gokhran en Moscú Oro de Moscú y de las 193 toneladas de oro en París, una parte considerable de las divisas obtenidas de la venta de lo requisado por la Caja General de Reparaciones fueron a cuentas corrientes en bancos franceses, británicos y norteamericanos a nombre de dirigentes del PSOE incondicionales de Negrín, destacando, entre otros; el mismo Juan Negrín y su compañera sentimental Feliciana López de Dom Pablo, José Calviño Ozores (militante del PSOE y principal comprador de armas del Frente Popular durante la guerra que devino luego millonario residente en Suiza que se definía: «socialista, republicano y capitalista»), Julián Zugazagoitia Mendieta, José María García-Valdecasas Santamaría, Alvaro de Albornoz Liminiana, José Ignacio Aldama Gamir, Alejandro Otero Fernández, Félix Gordón Ordás, Rafael Méndez Martínez, Luis Prieto Cerezo (hijo de Indalecio Prieto Tuero), Daniel Fernández Shaw, Fernando de los Ríos Urruti, Julio Álvarez del Vayo y Olloqui y Luis Araquistaín Quevedo quien, a pesar de ser uno de los beneficiarios y antiguo socio de Negrín y del Vayo en la Editorial España, años después denunció a sus compañeros. Además de las divisas esparcidas en cuentas bancarias a nombre de dirigentes del PSOE, Negrín y sus ayudantes vendieron remesas de plata por toneladas sin que se sepa adonde fue el dinero percibido. Pero quizá el mayor escándalo de todo este expolio del patrimonio de los españoles fue la apropiación indebida por parte de Indalecio Prieto Tuero en 1941, de una sustanciosa parte del patrimonio artístico español, compuesto por cuadros, ropa y objetos religiosos de varias catedrales, depósitos procedentes del Monte de Piedad de Madrid, una colección de relojes antiguos única, monedas de oro y plata de valor numismático, joyas y diamantes. Este gran tesoro conocido como «Tesoro del Vita» fue cargado en el puerto francés de El Havre en el yate Vita por órdenes de Negrín con destino México, con el objetivo de ayudar a los exiliados republicanos en aquel país. Ni Prieto ni Negrín rindieron cuentas y pocos exiliados fueron socorridos mientras que todos estos dirigentes prefirieron vivir cómodamente en países capitalistas, el menos México y los más: Suiza, Reino Unido, EEUU, que en la URSS del socialismo real.

El 28 de octubre de 1982 el PSOE encabezado por Felipe González Márquez gana las elecciones generales por mayoría absoluta, tras el intento de golpe de Estado del 23 de febrero de 1981, conocido como 23F. A los pocos meses estalló el llamado Caso Flick que destapó una parte ínfima de la financiación ilegal del PSOE por parte de la Fundación Friedrich Ebert del SPD, al comprobarse que había invadido impuestos en la RFA. En 1988 aparece otro sistema de financiación ilegal del PSOE con el nombre de “Caso Filesa”. El fraude consistió en desviaciones de dinero negro al PSOE a través de la trama de empresas Filesa, Malesa y Time-Export por un importe de 1.200 millones de pesetas (equivalentes a 16,30 millones de euros en octubre de 2018). Como ya era habitual, el juicio se demoró once años y a los condenados no les fue del todo mal, pues una parte de la condena fue suspendida por el Tribunal Constitucional y otra por el indulto parcial decretado por Gobierno del Partido Popular (PP) presidido por José María Aznar López el 1 de diciembre de 2000, cuando el PP estaba abrumado por otro escándalo de financiación irregular conocido como Caso Naseiro. Entretanto, Felipe González maniobró con notable astucia para decir digo donde dijo Diego y mantuvo a España en la OTAN. Otros casos de corrupción involucrado a miembros relevantes del PSOE fueron a apareciendo: Juan Guerra, AVE, Roldan, Palomino, etcétera. Entremezclando corrupción y autoritarismo el gobierno presidido por Felipe González incurrió en terrorismo de estado con los GAL financiado con fondos reservados entre 1983 y 1989. Tampoco fueron asuntos de los que presumir la reconversión industrial o más bien desmantelamiento que llevó en 1985 a un índice de paro del 22 %, la recesión económica de 1993 con el 24 % de paro e inflación del 5 % y el déficit público del 6 % del PIB. La clave de la época conocida como felipismo o felipato puede estar en la frase del Vicepresidente Alfonso Guerra González: «Montesquieu sigue muerto y bien muerto y nadie tiene intención de resucitarlo». Pero la medida de mayor y larga repercusión de la era del felipato fue Ley Orgánica General del Sistema Educativo (LOGSE), de 3 de octubre de 1990 que instauró un modelo basado en las teorías pedagógicas de la alteridad inclusiva donde el esfuerzo individual del alumno se relativiza a través de la promoción automática, la incomprensible enseñanza comprensiva y la eliminación de pruebas extraordinarias de recuperación. Su promotor, Alvaro Marchesi Ullastres, y sus amigos del POSE no solo han desdeñado la reducción notable del rendimiento académico y el abandono escolar producido por la LOGSE, sino que han persistido en sus planteamientos en las posteriores leyes, es decir; en seis de las ocho reformas educativas habidas en España en menos de tres décadas.

El 14 de marzo de 2004 el PSOE dirigido por José Luis Rodríguez Zapatero (ZP) ganó por sorpresa las elecciones generales por mayoría simple, tres días después de los atentados terroristas más cruentos de la historia de España ocurridos el 11 de marzo de 2004. Fue la extraordinaria capacidad de Alfredo Pérez Rubalcaba (el comando Rubalkaba) en el manejo sin escrúpulos de la agitación y la propaganda, el factor determinante de la victoria del PSOE, al movilizar a sus militantes y a sus aliados mediáticos, con los muertos de la masacre calientes, en la “la noche de los móviles” cercando las sedes del Partido Popular; “A la sede del PP, pásalo” con eslóganes tan elocuentes como: “Le llaman democracia y no lo es” y “Nuestros muertos, vuestras guerras”, acusando al gobierno de ser el culpable de los atentados por su apoyo a la invasión norteamericana de Irak. Con el vuelco electoral, a pesar de no tener mayoría absoluta en el Congreso, el PSOE apoyado por: de Esquerra Republicana de Catalunya, Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya, Coalición Canaria, Bloque Nacionalista Galego y Chunta Aragonesista, procedió a pegar otro volantazo táctico-estratégico, uno más de su historia, para persistir en su querencia histórica de patrimonializar el poder y ostentar la exclusividad del término socialista con la identificación del partido con el hombre ideal, con el hombre nuevo, con el hombre del futuro socialista.

El “talante” de Zapatero (ZP), proyectado como líder amable y dialogante, fue la consigna establecida por el PSOE sobre la imagen del hombre joven, dinámico, de ojos azules y cejas arqueadas que ocultaba un programa máximo, consistente en demoler el sistema político nacido con la Constitución de 1978, en alianza con el proyecto del dirigente máximo del Partido de los Socialistas de Cataluña (PSC) Pascual Maragall Mira conocido como “federalismo asimétrico” que, como artificio y paso previo, escondía el objetivo último, como manifestó en 1999, para la secesión de Cataluña, siguiendo los pasos establecidos el principal ideólogo del socialismo secesionista catalán e íntimo amigo suyo, Xavier Rubert de Ventós, establecido en el opúsculo “Cataluña: de la identidad a la independencia” (1999). El pacto con los nacionalistas se explicitó el 30 de agosto de 2003 en la “Declaración de Santillana”, que disimuladas con eslóganes que repintan con obsesiva y sospechosa, por inusual en el PSOE, la palabra España: “La España Plural – La España Constitucional – La España Unida – La España en Positivo” se establecieron las directrices estratégicas para aliarse con los nacionalistas para gobernar, aislar al Gobierno y al PP, el compromiso de rehacer los estatutos de autonomía entonces vigentes, en concreto la promesa de Rodríguez Zapatero de que apoyaría sin reservas el proyecto estatuario que viniera de Cataluña. La estrategia plasmada en pactos y luego en actos del PSOE de ZP, demolía el modelo autonómico emanado de la Constitución de 1978.

De esta suerte, una vez en la presidencia del gobierno de España, ZP adoptó un discurso atrapalotodo pleno de prótesis ideológicas y demagogia trivial. Aconsejado por el sociólogo José Andrés Torres Mora, a la sazón el principal ponente de la Ley de Memoria histórica, ZP emprendió la batalla del lenguaje y del pensamiento mágico posmoderno de los bienaventurados Michel Foucault y Antonio Gramsci, cuidando el repintado de blasones con guiños al antañón krausismo del PSOE decimonónico, además de barnizar el discurso de europeísmo por un lado y por el otro con retazos del feminismo esencialista de día y meta-narrativo de noche, del confederalismo plurinacional y pluricultural, del comunitarismo, del indigenismo-zapatismo, incluyendo abrazos y guiños antiglobalización al «socialismo del siglo XXI» del castrochavismo y, con el descaro imperturbable sonriente de quien no conoce la contradicción, abrazar el principio de no-dominación del republicanismo cívico de su tutor misericordioso, Philip Pettit. Semejante olla podrida ideológica fue servida en un plato combinado. Las proteínas en capsulas de subvenciones y publicidades para los medios de comunicación públicos y los privados afines, los vegetales y carbohidratos para la educación. Así, en otra vuelta de tuerca pedagógica de Alvaro Marchesi Ullastres se inauguró “la educación en valores y ciudadanía” que Gregorio Peces Barba tanto aplaudió. El caso es que la mezcolanza de pedagogía posmoderna y valores considerados democráticos y universales como la convivencia, la tolerancia y la solidaridad son tan interpretables, de hecho lo han sido y los son al ser manipulados ideológicamente, como para sospechar que sus albaceas pretenden conducirnos a esa sociedad armónica paradisíaca fantaseada por las utopías redentoristas estatalistas, esa paz del hormiguero del gran Leviatán imaginado por Thomas Hobbes.

Vinculado con el llamado Pacto del Tinell firmado en Barcelona el 14 de diciembre de 2003 por el Partido de los Socialistas de Cataluña (PSC), Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) e Iniciativa per Catalunya Verds – Esquerra Unida i Alternativa (ICV-EUiA) que facilitó la formación del llamado tripartito gobernante de Cataluña, el PSOE gobernante recuperó buena parte del pacto de San Sebastián de Agosto de 1930, para horadar las bases del Estado que gobernaba al ir proponiendo, en diferentes diapasones en función del momento y del receptor, el mensaje de ir preparando una “una segunda transición democrática y plurinacional”, al tiempo que emprendía discursos nostálgicos sobre la perdida Segunda República y su anhelado resurgimiento como confederación plurinacional. Se trataba de recuperar el discurso del republicanismo socialista, presentando a la Segunda República española como una democracia plena sin mancha ni pecado y exagerando, por no decir que inventando, una resistencia al franquismo de la que el PSOE estuvo ausente. Al mismo tiempo, ZP propagó la trágica muerte de su abuelo paterno, (el capitán Juan Rodríguez Lozano juzgado en un consejo de guerra sumarísimo, condenado a muerte y fusilado al inicio de la guerra civil por el bando franquista) utilizándola como punta de lanza de la ley de la memoria histórica.

El zapaterismo fue intervencionista, descarado respecto a los medios de comunicación, la enseñanza y la judicatura. Pero, no por casualidad, dicho intervencionismo fue matizado a través del eslogan: “cambio productivo”, mientras se dejaba inflar la burbuja inmobiliaria que a su vez inflaba el erario. En realidad, el vicepresidente segundo y ministro de Economía y Hacienda; Pedro Solbes Mira, aplicó un dejar hacer que permitió, hasta el pinchazo de la burbuja especulativa en 2009, el engorde del aparato del Estado y el consiguiente gasto público, gasto que, con la crisis, desde 2007 se disparó sin control al tiempo que se reducían exponencialmente los ingresos, hasta llegar a la ruina del erario español y de millones de españoles.

Como tantos izquierdistas españoles de su generación, ZP abrazó el antiamericanismo primario, la mística postsesentayochista y el zapatismo altermundista apoyado en su ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación; Miguel Ángel Moratinos Cuyaubé. Más que una política exterior consistente, el zapaterismo-moratinismo se extasiaba de buenismo y asumía que el obrero ya no era el sujeto emancipador, al tiempo que repartía guiños a las ideologías del altermundismo que declaran que: “otro mundo es posible”. El gran puñetazo, mejor dicho, el único puñetazo en la mesa internacional de Zapatero, fue la denostación de norteamericanos y británicos por invadir Iraq y al gobierno de Aznar por apoyarles, seguida de la inmediata retirada de las tropas españolas en Irak en misión de paz nada más llegar al poder. Al mismo tiempo, ZP inició un discurso “comprensivo” hacia el islán, procurando soslayar el islamismo, silenciar la situación de los derechos y libertades en las teocracias islamistas, al tiempo que proclamaba el nacimiento de un nuevo ciclo histórico que representaba el “socialismo del siglo XXI” castro-chavista, el indigenismo y demás construcciones identitarias, eso sí, sin destinar el reclamado 0,7% del PIB a la ayuda al desarrollo, aunque condonó la deuda a la Bolivia de Evo Morales y a varios países africanos para frenar la inmigración de sus súbditos hacia España. Con estos planteamientos, el zapaterismo-moratinismo promulgó “la alianza de civilizaciones” copatrocinada con la Turquía del autoritario islamista Recep Tayip Erdogan, aprobada por la Asamblea de las Naciones Unidas, negando con ello su carta fundacional que universaliza los derechos humanos, al igualar y legitimar civilizaciones antagónicas que el filósofo Gustavo Bueno Martínez explicó a través de contundentes preguntas socráticas: «¿Cómo hacer compatible la poligamia con la monogamia sin destruir uno u otro sistema, o ambos? Otro tanto se diga cuando nos referimos a la convivencia de los matrimonios heterosexuales y los homosexuales: la institución de la familia puede darse por desaparecida a partir de un determinado porcentaje de matrimonios homosexuales. ¿Y el derecho de propiedad? ¿Cabe una alianza entre civilizaciones que contienen entre sus instituciones la propiedad privada de los medios de producción y aquellas otras que consideran necesario destruir esta institución en nombre del comunismo? ¿Tiene algún porvenir, como modelo de civilización universal, el proyecto de Den Xiaoping de hacer de China un país con dos sistemas?». Estas preguntas son aplicables a la comentada la educación en valores y ciudadanía y a la consiguiente asignatura: Educación para la Ciudadanía y los Derechos Humanos y sus contenidos de naturaleza filosófica, ética o moral, relativos a la eutanasia, al aborto, a los matrimonios homosexuales, al laicismo, etcétera.

El balance de las dos legislaturas en que gobernó Rodríguez Zapatero es bien conocido pero poco explicitado. A las medidas populistas como la retirada de las escasas tropas españolas en Irak o la supresión del trasvase del Ebro sustituido por desalanizadoras caras difícilmente sostenibles, siguieron la ley de violencia de género, la del matrimonio homosexual, el divorcio express, y las sociales mayoritariamente insostenibles económicamente como la ley de dependencia y el retirado cheque bebe, la Ley de Propiedad Intelectual y la explicada Ley de Memoria Histórica. Preciso es recordar el abandono del consenso antiterrorista, cuando la banda ETA estaba acorralada, los estatutos a la carta, el gobierno de Zapatero aprobó el Estatuto de Autonomía de Cataluña de 2005, perpetró el “proceso de paz” con ETA en 2006 y, en fin, con la negación de la recesión económica en 2008, el descalabro de un gobierno que condujo, repito; a la ruina a millones de españoles.

Siguiendo la tradición de cosechas de poder por parte del PSOE tras sucesos traumáticos, el 2 de junio de 2018 alcanzó Pedro Sánchez Pérez-Castejón la presidencia del gobierno de España a través de una moción de censura apoyada por 17 grupos y subgrupos parlamentarios aparentemente heterogéneos, cuyo denominador común es el derrocamiento del régimen de 1978 y, mayoritariamente, escindir regiones de España para constituir nuevas naciones en Cataluña, Vasconia, Galicia y Canarias. Con estos apoyos, la primera y principal tarea del gobierno Sánchez ha consistido es reconstruir el maniqueo de Zapatero, mediante la exhumación de la momia de Franco de la Basílica del Valle de los Caídos en Cuelgamuros. Una maniobra cómico-macabra si no fuera acompañada de cainismo guerracivilista primario y antifranquismo retrospectivo, ese antifranquismo sin Franco ni franquistas de parecido jaez al denunciado por uno de los mejores cronistas de la Transición Víctor Márquez Reviriego, cuando cuenta que a partir de 1975 y 1976 todo el mundo había sido antifranquista mientras, de hecho, solo tres o cuatro años antes, la inmensa mayoría colaboraba con entusiasmo con el régimen. Pero además de pretender la reconstrucción de un pasado heroico y una república de vino y rosas ficticia con la que hacer soñar a “la gente”, el antifranquismo retrospectivo del PSOE del zapaterismo-sanchismo intenta tapar el profundo agujero en donde cayeron, arrasadas por la realidad, sus arcaicas fórmulas krauso-marxistas.

Volver a ser gobernados por el PSOE, un partido lastrado desde sus orígenes de la debilidad teórica del huérfano de pensadores, siempre confundido entre ideologías inmiscibles; «krausismo español», «guesdismo» francés, ramas seudocientíficas y marxistas deterministas y las indigestiones de Kautsky, es muy preocupante por el evidente peligro que supone que vuelva a caer en la misma piedra. Y todo apunta que volverán do solían puesto que jamás, el PSOE ha aceptado críticas y mucho menos asumido una autocrítica con relación a su historia, en consecuencia, la entropía que ha sufrido la doctrina redentorista del PSOE, de suyo positivista, ha sido sustituida por las élites mesocráticas y académico-funcionariales que lo dirigen, por un tactismo pueril con el único fin de atornillarse al poder, consistente en alagar a los enjambres de identidades reaccionarias que apelan al sentimiento frente a la razón. Es el tactismo del atornillador el obrador del desfachatado remedo de Frente Popular con Podemos y los bandos separatistas, que a la hora que escribo estas líneas, ya ha producido un considerable aumento de inestabilidad jurídica, política y económica. Entre tanto, el gobierno del presidente lindo y sus ministras y ministros menos bonitos, ni saben ni contestan acerca de los retos enormes que suponen la inmigración descontrolada, el invierno demográfico producido por la irresponsable ausencia de incentivos a la natalidad archiprobados en otros países “de nuestro entorno”, la reforma estructural de las leyes laborales, siempre aplazada por intereses espurios empeñados en la perpetuación de la estamentación del trabajo, a pesar de la persistencia durante toda la democracia de obscenas cifras de paro que han perpetuado y aumentado los sectores marginales, ese lumpen juvenil que deviene senil rápidamente, el rearme de la identidad nacional de España, la estabilización y despolitización de la enseñanza para enfocarla en el desarrollo humano, la lucha contra la deslocalización industrial y la reindustrialización basada en la incentivación de la inversión y la investigación, la reparación de la estructura estatal disgregadora y burocratizada junto con la racionalización del gato público, en fin; la revitalización rural y la consiguiente política integral y nacional del medio ambiente. A estos problemas pendientes y otros dejados en el tintero por no ser demasiado exhaustivo, se suma la enorme irresponsabilidad de dejar para mañana la montaña de deuda, ese el que venga detrás que arree, capaz de fulminarnos en cualquier momento debido a los conflictos en el seno de la UE y los enfrentamientos entre los bloques encabezados por EEUU, China y Rusia. Inquietante me parece poco contundente para expresar el riesgo de repetir trágicos acontecimientos que parecían superados.

Con el resumen de algunos hechos relevantes de la historia del PSOE, surge la cuestión obvia, verbigracia; con estos antecedentes históricos y, sobre todo, si se evalúa el aserto: «el olvido nunca será justo» establecido por los campeones de la justicia histórica oficializada ¿puede el PSOE exigir justicia histórica sin antes rendir sus propias cuentas?

¿Qué hacer con el Estado de las Autonomías?

28 de octubre de 2017.

Pablo Rojo Barreno.

   El intento de golpe de estado perpetrado por los nacionalistas supremacistas catalanes ayer, además de constituir una fragrante traición al Estado Español que justifica y faculta la existencia de la institución que han intentado apropiarse indebidamente, demuestra descarnadamente la deriva del estado de las autonomías y la torpeza con que es disimulada por los partidos políticos españoles de ámbito nacional.

   Tarde o temprano tenía que pasar. No en vano los nacionalistas supremacistas catalanes que controlaban, absolutamente hasta ayer y todavía demasiado hoy, un estado dentro del estado, han tramado su golpe durante los últimos tres decenios. Y lo han hecho con el beneplácito y la estulticia de los dirigentes de los gobiernos de España, cuya apoteosis final fue perpetrada por José Luis Rodríguez Zapatero y José Montilla Aguilera. Con premeditación y alevosía, los supremacistas y sus aliados objetivos y subjetivos fueron desmontado, pieza a pieza, las bases y principios que fijan la Generalidad de Cataluña a través de la Constitución Española de 1978: «la recuperación de la Generalitat con el Estatuto de 1932, su restablecimiento en 1977 y el Estatuto de 1979, nacido con la democracia, la Constitución de 1978 y el Estado de las Autonomías.» (Preámbulo del Estatuto de autonomía de Cataluña vigente). Porque hace falta ser ingenuo, miope y estúpido para creer que un trampantojo institucional que se autocalifica como nación, con sus 121 artículos, quince disposiciones adicionales, dos disposiciones transitorias y cuatro disposiciones finales que conforman el mastodonte institucional establecido por un parlamento de 135 diputados, un presidente cuya honorabilidad le es atribuida al igual que la valentía a los soldados que nunca combatieron, un gobierno y una administración sovietizada, no intentaría, tarde o temprano, asentar sus reales como estado total de un solo pueblo: El Volksgemeinschaft de los Països Catalans.

Pancarta del sindicato de estudiantes de las CUP

   La traición de la burguesía catalana a través de sus hijos haraganes, convertidos en burócratas por incapacidad de mantener la hacienda heredada, no hubiera sido posible sin la alianza con los impostores de la pequeña burguesía disfrazados de revolucionarios anticapitalistas a través de la llamada: Candidatura d’Unitat Popular (CUP) que se proclama nítidamente socialista y capaz de publicar con enorme desenvoltura: “l’alliberament nacional i social dels Països Catalans” junto con: “Internacionalisme com a forma de relació igualitària, anticolonial i fraternal entre pobles, per la gestió comuna dels afers generals i per la superació dels conflictes internacionals”. Estos desvergonzados trileros tienen el desparpajo de pegar el cambiazo del “¡Proletarios del mundo; uníos!” por: “Pueblos auténticos del mundo; respetémonos”. De hecho, el socialismo de esta banda se escribió sintéticamente hace poco más de ocho décadas: “Estamos convencidos de que nuestro socialismo basado en la hermandad de la sangre se difundirá entre los otros pueblos y dará nueva forma también a la relación entre las naciones, ya que este contiene en sí la promesa de una nueva liga de los pueblos, más rica en su sustancia que la actual porque se funda en un socialismo atento al honor de los pueblos”. Me reservo el nombre del autor de esta cita pues sé que un gerifalte de las CUP la transcribió casi literalmente como suya hace unos meses, pero estoy dispuesto a rebelarlo privadamente a quien le interese.

   A pesar de haber cometido tan inmenso error, los partidos políticos españoles de carácter nacional con representación parlamentaria: PP y PSOE (Ciudadanos todavía no ha cometido el pecado, pero de momento tampoco parece sacar consecuencias de la cruda realidad. No menciono al otro trampantojo populista pues apenas se diferencia de las mencionadas CUP) ni siquiera se plantean una reconversión del Estado de las Autonomías. Y creo que no lo hacen porque además de tener que asumir una fuerte autocrítica, saben que debían emprender una dieta de adelgazamiento de chollos bien remunerados para sus correligionarios y amigos, junto con la correspondiente catarsis estratégica que planteara cuál es el papel de los partidos políticos en una democracia del siglo XXI.

   Como los políticos españoles no parecen estar dispuestos a emprender la imprescindible catarsis, los ciudadanos paganos debemos tener claro que, si la deslealtad de los nacionalismos es un cáncer con diecisiete metástasis distribuidas en suntuosos palacios, gobiernos, y parlamentos, no menos mortales son las innumerables células tumorales burocráticas distribuidas en, diputaciones, ayuntamientos, observatorios, minaretes culturales y demás. Una infraestructura de cerca de medio millón de políticos cobrando del Estado. Más que Francia, Alemania y Gran Bretaña juntos. Semejante estamento extractivo ha demostrado ser tan caro como ineficaz. Incapaz de evitar los chantajes de los reyezuelos de cada taifa, poco dado a la sensatez y la sobriedad, siempre tentado a subir los impuestos ya incautatorios para proseguir su preponderancia. Por tanto, es evidente que; o se reduce drásticamente el Estado de las Autonomías a través de la recentralización urgente de la educación, la sanidad, la cultura, las normas de seguridad y comercialización o, más pronto que tarde, por mucho que nos desangren: pensiones y servicios básicos sanitarios se irán reduciendo hasta la mínima expresión, o lo que lo mismo; la quiebra disimulada.

   Por si la situación no fuera lo suficientemente grave, la dialéctica política actual en España está viciada de falso historicismo y lacras decimonónicas que impiden abordar los enormes retos a los que nos enfrentamos. No solo nos desvían de la reflexión y los quehaceres las embestidas de los nacionalistas supremacistas y las burocracias sovietizadas, también las derivadas relativistas postmodernas, la nefasta amalgama conocida como corrección política que, entre sus tantos tabúes, simula la compresión y la tolerancia de cualquier cosa hasta la insensatez. Mientras tanto, el estamento extractivo español reconocido como partidocracia, desdeña o no se entera de los retos y repercusiones de la llamada IV Revolución Industrial («Industrie 4.0») en sus ramales de Nanotecnología, Biología, Informática- big data- Sistema ciberfísico y otras ciencias cognitivas que, casi sin darnos cuenta, están cambiando el mundo a una velocidad desacostumbrada. Temo que cuando se den y nos demos cuenta en donde estamos, el agua nos llegue al cuello.

EL CORPORATIVISMO, MÉDULA DEL NACIONALISMO CATALÁN

Y DEL POPULISMO DE PODEMOS Y SUS MAREAS SUCURSALES

Pablo Rojo Barreno.

   … parece imprescindible denunciar una de las tretas más importantes perpetradas por los nacionalistas etnicistas catalanes para lograr adhesiones y lealtades que, por mor de la descarada manipulación y adoctrinamiento de niños y jóvenes a través de la educación, ha pasado desapercibida. Me refiero a la enorme diferencia salarial a favor de los funcionarios de la Generalidad de Cataluña, con respecto a los funcionarios del gobierno central y de las demás Comunidades Autónomas, excepto Las Vascongadas últimamente llamada País Vasco o Euskadi.

   Todavía no se han disipado las caras desencajadas de la mayoría de dirigentes políticos, politólogos y asesores de todo pelaje, instalados en las administraciones y observatorios de esta España de las Autonomías, ante las peculiaridades sociales de los activistas visibles y ocultos integrantes de las “masas” que, con notable arrogancia y vigor, han protagonizado las algaradas y escraches consiguientes a la puesta en escena de un referéndum ilegalizado y la primera huelga general de la historia organizada por el poder legal constituido en la Generalidad de Cataluña. Pero al menos, ya todos sabemos, o deberíamos saber, en qué consiste el “derecho a decidir”.

   La sorpresa ante la constatación de la mayoritaria procedencia del estamento funcionarial entre los independentistas más acérrimos, por supuesto, incluidos los cientos de asesores y consejeros de cada “Departament, secretarie i direccion general”, las decenas de organismos oficiales y paraoficiales como “Odium Cultural” y el apoyo de empresarios agradecidos a los dirigentes de la Generalidad de Cataluña por sus medidas favorecedoras del “consum responsable i compra selectiva de productes de la terra” o a los contratos por obras y servicios, solo muestra el despiste autista posmoderno de las raleas instaladas en el poder político español repartidas en gobierno central, autonomías, diputaciones, alcaldías, observatorios, organizaciones si gubernamentales y demás negociados e instituciones del elefantiásico estado español. Bien es cierto que la deriva independentista perpetrada en Cataluña nos proporciona un escaparate notablemente esperpéntico, por estruendosamente paradójico, cuando se analiza desde el marco sociopolítico e histórico del tiempo que vivimos marcado por la globalización. Incluso puede resultar delirante cuando se analiza desde las perspectivas de las mutaciones del “materialismo científico” llegadas al relativismo epistemológico y social que la gramscimanía andante apenas puede disimular.

   Trataré de ir al grano fijándome en el desarrollo de la “Vaga General” perpetrada el 3 de octubre pasado por los gobernantes de la Generalidad y apoyada por la mayoría de los alcaldes de Cataluña, incluyendo en el paquete a la Alcaldesa Colau: «Queremos que las calles se desborden», los sindicatos CC OO y UGT en la equidistancia falsaria, pero sobre todo los minoritarios pastoreados por los grupos que conforman la Candidatura de Unidad Popular: CGT, Intersindical Alternativa de Catalunya (IAC), Intersindical-CSC Coordinadora Obrera Sindical-COS (agárrense, estos dicen ser un sindicato independentista y de clase) la Unió de Pagesos y el Sindicato de Estudiantes de los Países Catalanes (SEPC). También exigían la colaboración activa en el desborde de las calles a las patronales que apoyan “El proces” al albur de favores y contratos de la Generalitat y ayuntamientos gobernados por grupos independentistas declarados o colaboracionistas por mor de sinecurias y oportunismos. En consecuencia, estuvieron firmes y en posición de saludo. No solo pararon y alborotaron los estudiantes, profesores y enfermeras de escuelas, universidades y hospitales públicos, también cerraron sus chiringos y paradetes los cofrades botiguers de Pimec, Cecot, FemCat, las joyitas de la corona: Agrolimen, Mediapro, Grifols, Parlem Telecom y, por supuesto, las entidades bien engrasadas con subvenciones de la Generalidad con ánimo de lucro y dedicadas a la Agitprop del golpismo independentista: el periódico Ara, Òmnium Cultural y Asamblea Nacional Catalana.

   A pesar de la inmensa sopa de letras que aparenta una sociedad consolidada en el objetivo de lograr la Republica de Cataluña, a pesar de los escraches a los comercios y los comandos cortando carreteras para impedir el paso de los transportistas y trabajadores, a pesar de las manifestaciones masivas y demás representaciones goebbelianas al grito proferido por maestras aflequilladas enardeciendo a sus alumnos al grito acusador de “fills de botifler” para los alumnos que no le seguían, estudiantes de universidades públicas y colegios de jesuitas enarbolando esteladas tuneadas de rojinegras cenetistas y sans-culottes barrigudos y calvorotas apellidados Fernàndez protegidos por Mozos de Escuadra que impedían la circulación a quienes querían ir al trabajo, esta huelga no fue secundada por la mayoría de los trabajadores. La huelga general promovida por las autoridades de la Generalidad de Cataluña fue secundada fundamentalmente por el sector público, sobre todo en las comarcas de la Cataluña profunda y caciquil donde gobiernan en comandita IRC y las CUP. De esta realidad, no se puede deducir que; “els treballadors catalans passen olímpicament de la vaga nacionalista” pero si comprobar el cómo se arrea el árbol y quienes recogen o pretenden recoger las nueces.

   Aquella Cataluña que había recuperado su Generalidad apenas padeció el “desencanto” de finales de los setenta y primeros ochenta que buena parte de la sociedad española sintió. Nada más lograr la presidencia de la Generalitat en 1980, Jordi Pujol i Soley se reivindicó como el centésimo vigésimo séptimo Molt Honorable Senyor y genuino sucesor de Berenguer de Crüilles, reinaugurando, con ello, los tópicos del viejo nacionalismo historicista al tiempo que, envuelto en la Senyera, lograba ocultar las sustracciones de la Famiglia Pujol-Ferrusola en la Banca Catalana. Pronto, muy pronto, la máquina de fem país se puso a la máxima potencia; sinecuras y comisiones, agitación y propaganda más tirones a cada gobierno central. Los primeros regalos sustanciosos fueron otorgados por Felipe González Márquez. Además de unas cuantas transferencias de poderes, los Juegos Olímpicos del 92 procuraron sustanciosos contratos públicos y que el franquista Samaranch dejase de llamarse Juan Antonio para convertirse en Joan Antoni y tener una avenida en Barcelona. De famiglia a famiglia, de los Pujol a los Sumarroca, la vaca burocrática fue engordando hasta llegar a la obesidad. Cuando parecía que explotaba, cuando la industria textil moría consumida por los incendios de las fábricas y el rebote de las aseguradoras, al tiempo que surgía en la retirada Galicia Inditex, cuando el clientelismo parecía agotarse al tiempo que la tasa de paro se situaba en cifras tercermundistas en comarcas como la Berguedà, el Ripollés y la Ribera d´Ebre antaño industriales, cuando se evidenciaba que la liberalización económica por la entrada de España en la CEE se le atragantaba a la industria catalana tradicional, al estar acostumbrada a los mercados cautivos otorgados por el Estado español, el 3 de marzo de 1996 ganó las elecciones nacionales, por la mínima, el Partido Popular.

   Pujol socorrió al antipático bigotudo castellano viejo mezclado con linaje vasco navarro Aznar que, de pronto, comenzó a hablar catalán en la intimidad. Y en las elegantes suites del Hotel Majestic del Paseo de Gracia de Barcelona, el 28 de abril de 1996 Aznar concedió a la Generalidad de Cataluña el incremento del 15% al 33% de la recaudación por IRPF, el 35% del IVA (antes cero) y el 40% de los impuestos especiales. Asimismo, le transfirió las competencias de tráfico, justicia, agricultura, cultura, farmacia, sanidad, empleo, puertos, medio ambiente, seguros, vivienda y, por supuesto, educación con el tácito acuerdo de permitir la aprobación de la Ley de Normalización Lingüística que desterró el castellano de las escuelas públicas catalanas e impidió que se recurriera al Tribunal Constitucional y que se aplicara la ley que obligaba a la enseñanza conjunta.

   En 2003 llegó el Tripartito al gobierno de la Generalidad perpetrando, como medida profiláctica contra cualquier atisbo de liberalismo, el acuerdo autocrático repugnante en el Salón del Tinell que hubiera sonrojado a Pedro el Ceremonioso (para leer el texto íntegro enlazar aquí). Como remate, llegó luego al gobierno de España el leonés fantasioso; José Luis Rodríguez Zapatero quien, con su bonhomía impostada, prometió aprobar el estatuto que perpetrara el Tripartito, aunque luego se desdijo sonriente para pactarlo con Arturo Mas.

   Doy fe de que Zapatero gozó de una popularidad y prestigio sin precedentes, para un presidente de consejo de ministros del gobierno central español, entre los independentistas catalanes hasta el final de las vacas gordas. Todo parecía ir mejor que nunca en el País de las Maravillas, pero de pronto, no había un euro en la caja y las Caixas y Cajas entraron en barrena con la crisis financiera y el desmadre hipotecario. Las Caixa d’Estalvis, Unió de Caixes de Manlleu, Sabadell i Terrassa intentaron salvarse integrándose en Unnim Banc que inmediatamente quebró. La antes todopoderosa Caixa Laietana quebrada fue integrada en Bankia. La historia de Caixa Penedès es digna de la casa de la Troya. La de Catalunya Caixa es la de los cleptócratas enmascarados como socialdemócratas nacionalistas. Ni Pedro Solbes Mira ni su homólogo catalán Antoni Castells i Oliveres vieron venir a las subprime ni a Lehman Brothers, o no las quisieron ver.

   Pero la quiebra de la Generalidad de Cataluña, como consecuencia del incremento del gasto contante y la disminución de ingresos, estaba cantada incluso sin crisis financiera global. Porque sobre la cantinela del Estado del Bienestar se esconde la bulimia burocrática y la corrupción clientelar de unos estamentos que se han apropiado del derecho a decidir sobre quién entra en el castillo seguro de la administración pública y quien paga la cuenta. Si en la España actual hay un hecho diferencial no es el de la buena administración pública y desde luego, los gobiernos siempre nacionalistas de Cataluña son ejemplos genuinos de despilfarro y la corrupción con el dinero de todos. Pero como la bulimia burocrática es irrefrenable por constituir la dinámica de retroalimentación del estado clientelar, a las excusas de Castells i Oliveres de no disposición por culpa de la balanza fiscal desfavorable para Cataluña, su sucesor, azuzado por las exigencias de las famiglias que auparon a Arturo Mas, se adhirió al España nos roba.

Llegado aquí, me parece imprescindible denunciar una de las tretas más importantes perpetradas por los nacionalistas etnicistas catalanes para lograr adhesiones y lealtades que, por mor de la descarada manipulación y adoctrinamiento de niños y jóvenes a través de la educación, ha pasado desapercibida. Me refiero a la enorme diferencia salarial a favor de los funcionarios de la Generalidad de Cataluña, con respecto a los funcionarios del gobierno central y de las demás Comunidades Autónomas, excepto Las Vascongadas últimamente llamada País Vasco o Euskadi. Qué casualidad.

   El nacionalista catedrático de economía en la Universidad Pompeu Fabra e influyente miembro del Cercle d’Economia; Andrés Mas-Colell, se encontró en diciembre de 2010 la caja de la Generalidad vacía. Pero en lugar de emprender la austeridad que la crisis exigía, se dejó llevar por los cantos de sirena y la inercia de decenios. Al intentar varias piruetas seudo-keynesianas intervencionistas se pegó un trastazo de mayor cuantía que explican, en gran medida, las vicisitudes económicas posteriores y el doble salto mortal actual. Malgastó Mas-Colell en mantener a Spanair con ingentes cantidades de dinero público. La trama del caso BCN World es más cómica que la de “Un día en la ópera” de los hermanos Marx. Como no había un euro disponible y no se atrevió a desengrasar la administración, intentó vender a empresas privadas unas cuantas empresas de titularidad pública de la Generalidad. Aigües Ter-Llobregat fue adjudica a Acciona por 1.000 millones de euros, sin embargo, las Famiglias alrededor de Sociedad General de Aguas de Barcelona protestaron por el regalo a Acciona y se armó la consiguiente marimorena política y judicial que aún colea. En fin, Mas-Colell había heredado “los bonos patrióticos”, como Spanair, del tripartito, pero como no le quedaba más remedio que lograr liquidez, en 2011 lanzó dos emisiones de 3.200 y 4.223 millones respectivamente. Ya sin crédito y bajo la manta del Fondo de Liquidez Autonómico (FLA) del gobierno central, Mas-Colell lanzó una cuarta emisión de 2.307 millones en 2012. De este modo, la Generalidad de Cataluña quedó dependiendo financieramente del Estado español, al ser clasificada su deuda como bono basura por todas las agencias internacionales de calificación crediticia.

   La reacción ante la cruda realidad por parte de los estamentos asistidos por las arcas públicas fue pasar a una fase de radicalización que obligara al estado español a conceder bula en el gasto. Pero por mucho que Rajoy sea el arquetipo del alto burócrata que pretende gustar a todos sin conseguirlo; de donde no hay no se puede sacar.

Para las aldeas funcionariales que conforman las administraciones públicas y sus ramas y tramas adyacentes, las perspectivas de mantenimiento de su estatus y la conservación o logro de una plaza de trabajo en propiedad, (también es luminoso recordar que la Generalidad de Cataluña es generosísima con relación a los salarios en sus puestos directivos designados por el político de turno) en un mundo globalizado cada día más arriesgado al tiempo que abierto, es un objetivo prioritario que desprecia cualquier atisbo de respeto a los principios de mérito y capacidad.

   Entonces, la tentación de instaurar un corporativismo estatal totalitario y una economía dirigista, sobre la base de la sumisión de la razón a la voluntad y la acción de conseguir la homogenización de la nación soñada, aplicando un nacionalismo fuertemente identitario con componentes victimistas y revanchistas, es fortísima. Tanto que desprecia el raciocinio y la realidad económica hasta el punto de imaginar una autarquía basada en una hispanofobia y una germanofilia muy escondida pero evidente en cuanto se rasca un poco el relato xenófobo del separatismo catalán. Recordemos, por mucho que sea recurrente, que así se erigió el fascismo y el nacionalsindicalismo.

   Y si acordamos que la psicología posmoderna se adhiere a la frase adjudicada a Oscar Wilde que la única manera de liberarse de la tentación es ceder ante ella, parece evidente que la masa funcionarial y los empresarios que obtienen su condumio del erario de la Generalidad de Cataluña, nada menos que el primer sector económico por encima del sector turístico e industrial, con más de seiscientos mil asalariados (muchos son alistados en servicios y cultura para disimular) están subsumidos en la ideología nacional-corporativista.

   Que la caída en la tentación corporativista del nacionalismo separatista catalán responda a las condiciones implantadas con el tiempo por sus élites políticas extractivas, no puede hacernos olvidar que el Estado de las Autonomías ha producido las condiciones objetivas y subjetivas que han activado las tentaciones corporativas. No me parece casual que Podemos y sus mareas sucursales nacieran en las zahurdas de las universidades públicas españolas arrasadas por la arbitrariedad más descarnada, producida por la endogamia y la “omertá”. Los Comités de Defensa de la Revolución (bandas de chivatos al servicio de la dictadura Castrista de Cuba que en Cataluña han sido rebautizados como Comités de Defensa de la Nación) también pululan impunemente por esos lares.

   Aunque el reto independentista hoy no permita despistes ni juegos florales, no debemos olvidar sus causas y ponernos a reflexionar cómo renovar la España de las autonomías. De lo contrario, más pronto que tarde gimotearemos en su entierro.

AL DESVÁN DE LA HISTORIA

    Marzo de 2016.

Enlace a la nota redactada tras la candidatura a las primarias por la secretaría general del PSOE de Pedro Sánchez Pérez-Castejón.

Para actualizar la cuestión y verificar los argumentos que escribí hace unos cuantos meses, les proporciono el enlace al vídeo del Debate entre los candidatos a la Secretaría General del PSOE.

   Una de las frases, luego muy utilizada como metáfora por la izquierda acodada en la doctrina marxista, es la escrita por Karl Marx al principio de “El Dieciocho Brumario de Luis Bonaparte” (1852) al completar la aseveración de Hegel sobre la repetición de los grandes hechos y personajes en la historia universal, indicando que el filósofo: «se olvidó de agregar: la primera, como tragedia, y la segunda, como farsa». Sin embargo, pese a las apariencias de repetición de algunos hechos históricos, la historia realmente no se repite aunque constatemos a diario que sus lecciones, apenas son consideradas por quienes; por su vocación o posición política, deberían prestar mayor atención.

   La refriega acaecida en el seno del Comité Federal del PSOE el pasado primero de octubre de 2016, si la amnesia selectiva de tantos fuera menos descarada, podría rememorarnos la división acaecida durante el tercer Congreso Extraordinario del PSOE celebrado en 1921, entre los “segundistas” (a favor de seguir en la segunda internacional) y los “terceristas” (los que estaban a favor del ingreso en la tercera internacional comunista KOMINTERN fundada en 1919 por Lenin). Ganaron los “segundistas” pero el PSOE sufrió su primera gran escisión de quienes fundaron el Partido Comunista Obrero Español. Y las tensiones siguieron entre quienes defendían el modelo democrático burgués, que tras la segunda guerra mundial se definió como socialdemocracia, frente a los “revolucionarios” tentados por la dictadura más o menos proletaria. El PSOE se fracturó pero resistió el envite hasta la siguiente encrucijada entre lealtad democrática o asalto revolucionario al poder.

   El dilema surgió cuando el PSOE perdió el poder tras las primeras elecciones democráticas del 19 de noviembre de 1933, en las que votaron las mujeres en España por primera vez. Ante la evidencia del retorno al poder de la derecha, los dirigentes del PSOE UGT y las Juventudes Socialistas se lanzaron a la insurrección contra la República que habían patrocinado. El editorial de «El Socialista» del 27 de septiembre de 1934, indicaba el itinerario de la inmediata insurrección: «Las nubes van cargadas camino de octubre. El mes próximo puede ser nuestro octubre. Nos aguardan días de pruebas, jornadas duras…Tenemos nuestro ejército a la espera de ser movilizado…». El 3 de octubre, El Socialista arengó a sus lectores de esta manera: «Camaradas en guardia. En guardia… Nuestra apelación a los trabajadores de España es concreta e imperiosa: en guardia». PSOE, UGT y las Juventudes Socialistas encabezadas por Largo Caballero, Indalecio Prieto, Ramón González Peña y Santiago Carrillo, prepararon con apoyo del Komintern y tras sellar la alianza con la anarquista CNT y el Partido Comunista de España que incluía el aprovisionamiento de armas, la convocatoria de una huelga general revolucionaria el 5 de octubre de 1934. La huelga revolucionaria solo triunfó en la cuenca minera asturiano-leonesa donde se declaró una República Socialista con capital en Mieres, con el conocido trágico final coronado con la proclamación oportunista por Lluys Companys del Estat Catalá de la República Federal Espanyola.

   Con la victoria del Frente Popular en febrero de 1936, tras viajar a la URSS, el delfín de Largo Caballero; Santiago Carrillo Solares, integró a la profusa organización juvenil del PSOE que encabezaba como secretario general en la exigua del PCE, en una maniobra que recuerda a la reciente de Pablo Iglesias con Izquierda Unida. Solo cuatro meses después de la unificación de las dos organizaciones juveniles, en noviembre de 1936 mientras que Franco rodeaba la Ciudad Universitaria madrileña, Carrillo y sus Juventudes Unificadas se pasaron al Partido Comunista en bloque.

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   Desmantelado de jóvenes y en plena guerra civil, las grandes grescas en el PSOE siguieron la misma dinámica. Y así continuaron durante el exilio, siempre identificadas con el nombre de sus caudillos: “caballeristas”, “prietistas”, “negrinistas” y “besteiristas”. En octubre de 1974 los “llopistas” fueron sobrepasados en Suresnes por los “renovadores” luego “felipistas” y el PSOE se partió en dos una vez más. Enseguida apareció la consigna recurrente e inocua; “Por el cambio” y el joven Felipe Gonzalez Márquez con su escudero Alfonso Guerra, apoyados por la por entonces potentísima y opulenta Internacional Socialista de los Willy Brandt, Helmut Schmidt, Pietro Nenni, Michael Foot, Androsch Hans, François Mitterrand y Olof Palme, se hicieron con los mandos del desvencijado PSOE, haciéndolo resurgir de las cenizas cuan Ave Fénix tras cuarenta años de ausencia, gracias a los suculentos fondos aportados por la fundación alemana Friedrich Ebert. Todo parecía estar atado y bien atado tras el Congreso Extraordinario de septiembre de 1979 por Felipe, pero tras los terribles atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid, el por entonces flamante secretario general del PSOE; José Luis Rodríguez Zapatero, logró la presidencia del gobierno español.

   El filósofo Gustavo Bueno calificó como “pensamiento Alicia” la ensoñación ideológica del PSOE encabezado por José Luis Rodríguez Zapatero y sus rasputines menores; Alfredo Pérez Rubalcaba y María Teresa Fernández de la Vega. El pensamiento Alicia es resumido por Bueno como: «capaz de llamar personas humanas a los simios; progenitores A y B a los miembros de las parejas homosexuales a los que se les ha concedido un niño en adopción; o fascistas a quienes vencieron en la Guerra Civil española; de equivocar el alcance del término solidaridad –que puede aplicarse también al comportamiento de una banda de ladrones o terroristas–; y de plantear una Alianza de Civilizaciones sin delimitar antes lo que son éstas, encubriendo así los problemas reales de la gente bajo una nebulosa fantasiosa y carente de contenido».

   Lógicamente, el pensamiento Alicia fue degenerando en maniqueísmo simple con la oficialización de la memoria histórica, al tiempo que asumía la desmemoria reciente que incluía la tabla rasa a las referencias éticas históricas respecto a la deontología del político profesional y los límites en la obtención y el ejercicio del poder. El “spoil system” quedaba consagrado durante las vacas gordas de la especulación inmobiliaria, mediante el reclutamiento de diletantes plutocráticos en el partido y el reparto de canonjías a través de la redes clientelares.

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Con el reventón de la negada crisis y la caída estrepitosa de los palos del sombrajo del bienestar impostado, llegó la desastrosa gestión del zapaterismo o zapaterazo y los cantos de sirena de Hessel con coros de Sampedro. Resultó entonces que la indignación ciudadana fue desviada hacia los males provenientes de una transición sin ruptura catártica con el franquismo, principio y fin de todos los males habidos y por haber. Así, ZP y su Alicia quedaron desbordados por los antifranquistas sobrevenidos cuatro décadas después de enterrado Franco en Cuelgamuros. Eran los jóvenes campeadores anticasta abducidos por la pareja Ernesto Laclau – Chantal Mouffe, dúo mucho más «posh» que post, pues la mercadotecnia ha demostrado que rebelarse vende y si la bicha es el neoliberalismo y su medicina el NO LOGO, las superventas están garantizadas.

   Al verse señalados como casta, la nomenclatura del PSOE procuró disimular su primer desconcierto hasta que, al llegar la derechona al poder central, resucitó el Pacto del Tinell para abrazarse al poder autonómico y local con los nuevos del cambio y el gobierno de progreso y demás consignas celestiales. Total, no suena tan mal, incluso parece hasta heroica la confrontación de una lucha de clases invertebrada; “Nosotros frente a un Ellos” o “casta contra gente” donde el sujeto histórico ya no es el proletariado sino “la gente”; un trampantojo del populismo de izquierda neoperonista marca: Laclau-Mouffe, donde los descamisados son ahora todos los desheredados por la globalización, cuya cuantía es incontable por inabarcablemente etérea. Llegados a este punto, Alicia parecía encontrar su país maravilloso con esta atrayente doctrina, donde solo la globalización capitalista es el impedimento para la proliferación de los estados paternales y naturalmente hegemónicos que representa el socialismo del siglo XXI. Así, sin solución de continuidad y gracias al inconsciente lacaniano del posh-post se encuentran en el significante viaje a la ultratumba; Antonio Gramsci, Benito Mussolini, Juan Domingo Perón y Hugo Chávez, pasando por la reciente de Fidel de los Castro de toda la vida.

   Si la competencia posh-post populista lograba tal éxito mediático y electoral, el adanismo ideológico del PSOE post-Alicia se lanzó a apropiarse de los nuevos discursos y sobre todo de la estética de la nueva política. No quedaba más remedio que sustituir al viejo conspirador Pérez Rubalcaba por un joven lindo que despertara emociones amorosas en la “gente”, camisa blanca de mi esperanza sin corbata, soñada encarnación del carisma del líder mediático atonal posmoderno. Bella figura para representar los arco iris y unicornios que trascendieran la mala leche de los millones frustrados por la inclemencia de la crisis, con objeto de convertir esa emoción producida por el discurso embaucador del joven y apuesto líder en votos y poder. Sin embargo, los platós ya estaban ocupados por vendedores de emociones mucho más duchos y efébicos.

   ¿Que hemos hecho para merecer tanta desestima de la gente a pesar de lo mucho que la consentimos? Al fin y al cabo el PSOE puede ser rojo aquí, verde acá y amarillo allá. Jacobino en el Bernabéu, nacionalista en el Camp Nou y confederal en el Mestalla.

   En realidad, el travestismo muestra la desnudez ideológica y estratégica de un oportunismo sin principios, balbuceante cuando señala los paradigmas escandinavos, al ocultar que fue el innombrable Gerhard Schröder quien hizo las reformas neoliberales en Alemania que inspiraron las reformas idem en Suecia y Dinamarca. Por tanto, la historia no se repite en el PSOE puesto que no hay encrucijada reforma o revolución entre el susanismo y el pedrismo, tan solo regates tácticos para intentar sobrevivir en un mundo interdependiente que destroza los mecanismos de un poder basado en la expansión insostenible de la funcionariocracia.

   Tras años de demonización de la derecha y la globalización y conchabeo con las tesis nacionalistas y populistas, al PSOE no le queda un ápice de socialdemocracia. El desesperado intento de salvar los viejos muebles apolillados, repintado sus blasones y hablando de las tradiciones de la casa, ciertamente provocan conmiseración hasta que se comprueba la complicidad con que acogieron y acogen como aliados a los asesores de Chávez y Maduro. Retozar con el transversalismo, la autogestión, la contracultura, el colectivismo de birras y canutos, comprender la “okupación” de la casa del vecino y la crianza en tribu es querer abarcar demasiado, rebuscar con contumacia las zahúrdas antisistema. Cuando la vieja guardia del PSOE ha tocado a rebato ante la deriva, los antisistema ya son sistema. Su referente griego Syriza con su amado líder Alexis Tsipras, tras cargarse el PASOK, ha iniciado los escarceos para entrar en el redil de la Internacional Socialista y los pensionistas y parados griegos que van atrás, que arreen.

  A los propensos a rasgarse las vestiduras por un quítame allá esos partidos políticos históricos, según ellos imprescindibles para la democracia española, partidos a los que tanto debemos por habernos arruinado y endeudado, habrá que recordarles que un partido trocado en lastre «acabe arrumbado en el desván de los trastos viejos, junto al hacha de piedra y al telar de pedal», puede ser un proceso natural y benéfico para la vida en general y la de los españoles en particular.

     Nota posterior 21/12/2016.

   En uno de los actos de escaqueo típicos de Rajoy, en la anterior legislatura el Partido Popular perpetró una reforma exprés ampliando las competencias del Tribunal Constitucional para que pudiese suspender en sus funciones, a las autoridades o funcionarios, que incumplan sus resoluciones. Así, colocaba al tribunal como colchón que le evitara tomar las decisiones políticas desagradables como, por ejemplo, la aplicación del artículo 155 de la constitución española. Pero el desnortado PSOE ha entrado en pánico ante el intento del duunvirato Rajoy-Santamaría de mantenerle a flote, sin entender que más que una táctica perversa, es un acto reflejo de supervivencia de régimen poco meditado, dignos de los añejos tecnócratas demócrata-cristianos que son. En un intento de diferenciarse en algo, la dirección colegiada y sus adláteres se colocan en el bando del PNV para derogar las competencias sancionadoras del Tribunal Constitucional. Ya son incapaces de conjeturar un mañana donde ellos se verían en el brete de aplicar el 155.

   Es duro ir al basurero de la historia, pero el agotamiento del régimen (de los regímenes democráticos aparentemente consolidados tras la II guerra mundial) son consecuencia de la elefantiasis estatal hoy insostenible sin dieta de adelgazamiento, dieta que los burócratas y sus aspirantes no están dispuestos a asumir. Si aguantamos todavía es gracias a los malos ejemplos de Grecia y ahora Italia. ¿Por cuánto tiempo?

Nota del 31/01/2017.

   El pasado 28 de enero de 2016, D. Pedro Sánchez Pérez-Castejón anunció en un mitin en Dos Hermanas (Sevilla, 120.000 habitantes) su candidatura a las primarias para la secretaría general del PSOE. Aunque anunciada, la mayoría de los medios y generadores de opinión profesionales, que en algún caso son periodistas, han vuelto al lamento sobre el peligro de escisión en el PSOE y la consiguiente hecatombe, ante las intrépidas frases pronunciadas por el exsecretario y ahora candidato: «La nuestra (se refiere a su candidatura pero pluraliza para que la arrobada militancia que le escucha la haga suya) representa un partido autónomo y de izquierda donde la militancia decide, frente a la que se abstuvo ante Rajoy y dejó al PSOE en tierra de nadie. Lo que hoy emprendemos es unir al PSOE para después unir a la izquierda y derrotar al PP». Más claro; agua. No es no, manque pierda. La dicotomía es presentada por Sánchez como enfrentamiento ideológico que deberán resolver los militantes del PSOE. Sin embargo, es un planteamiento que esconde unas cuantas imposturas.

   La principal impostura de Sánchez es presentarse como campeador del desiderátum «unidad de la izquierda» encabezado por un PSOE dinástico y sistema hasta el tuétano, pero cuyo líder no solo sería capaz de unir a las banderías internas sino que embelesaría a los ya antiguos antisistema con su carisma. Nada más, ni una gota de reflexión o compromiso sobre los graves y urgentes problemas políticos y sociales de los españoles. En cualquier caso, conviene recordar que la gestora del PSOE no ha cambiado un ápice las alianzas con populistas y separatistas (perdón por el pleonasmo) en ayuntamientos y autonomías en puro toma y daca de poder.

   No menor superchería es exhibirse como paladín de un socialismo «de izquierda». Sobre todo porque primero tendría que explicar esa demasía a través de una elaboración teórica e ideológica. Pero ni quiere ni puede.

   En realidad, la confrontación y el guirigay actual se concentra en nombres propios: Susana Díaz, Pedro Sánchez, Francisco Javier López Álvarez alias; Patxi López, Pablo Iglesias, Íñigo Errejón, etcétera. Nada de bolcheviques frente a mencheviques ni de segundistas contra terceristas. Es el queso, el cómo llegar al poder y luego veremos para qué. Los históricos enfrentamientos entre caballeristas, prietistas, negrinistas, besteiristas, llopistas y felipistas son tristes por inútiles y cruentos. Empero, hay una diferencia notable entre la trayectoria vital de Francisco Largo Caballero, Indalecio Prieto Tuero, Julián Besteiro Fernández, Rodolfo Llopis Ferrándiz e incluso Felipe González Márquez pues; todos sin excepción, antes de llegar a políticos profesionales, ejercieron por cuenta ajena o propia los honorables oficios de albañil, taquígrafo, profesores de instituto por oposición, periodista y abogado laboralista. Por el contrario, ninguno de los «amados líderes» actuales resucitadores del guerracivilismo lo han hecho. Todos estos jóvenes y «jóvenas», sin excepción, han crecido amantados en la guardería apparatchik del PSOE o en la endogámica mediterraneidad universitaria, donde el reclutamiento funcionarial se inspira en La Cosa Nostra. Así se entiende mejor su vade retro a la competitividad y la meritocracia, pues son valores incompatibles con el redentorismo populista y con sus experiencias vitales. Por tanto, las actuales trifulcas entre “susanistas”, “sanchistas”, “pablistas”, “errejonistas” “patxistas”, etcétera, serían risibles, una de galgos o podencos, si no percibiéramos los inquietantes seísmos previos a la erupción vulcaniana en el nordeste de España.

“Del FRAP a Podemos: Crónica de medio siglo

Tras leer los tres tomos publicados de “Del FRAP a Podemos: Crónica de medio siglo. Un viaje con Ricardo Acero y sus compañeros” de José Catalán Deus, enlazo con este grupo. “Recordando al FRAP”.

¿Recordando para qué? Imagino que cada cual tendrá sus motivos pero los míos, tras muchos años de borrón y cuenta nueva, no son catárticos ni nostálgicos y mucho menos reivindicativos. Responden a la preocupación del viejo y retirado camarada de base Oliva ante la situación social, económica y política actual en España.

Aunque la obra emprendida por José Catalán Deus no es la primera que leo sobre la historia del PCE (ml)-FRAP, -las más recientes “Frap: una temporada en España” de Riccardo Gualino y “Mañana cuando me maten” de Carlos Fonseca- considero evidente que los objetivos y alcances expresados en la primera parte del título: Del FRAP a Podemos: Crónica de medio siglo, indican un propósito de racionalización ciertamente historicista, frente al determinismo del materialismo histórico al uso. Tras la lectura de los tres primeros tomos, entiendo que José Catalán Deus pretende estimular nuestra reflexión sobre el proceso histórico que inicia en 1964 con la escisión del PCE que funda el PCE (ml), el tardofranquismo, la transición y el periodo democrático vigente   cuya degeneración en régimen desmembrado, corrupto y clientelar, nos devuelve a una encrucijada esperemos que compleja y no trágica. Digo degeneración porque por muchos pecados originales que tenga el régimen actual, las tres grandes lacras señaladas tienen padres y madres reconocidas e incluso cumpleaños en el BOE.

Hoy como ayer, nos enfrentamos a problemas complejos. La diferencia es que hoy tenemos más experiencia y, espero, menos doctrina. ¿Podremos aún aportar algo más que batallitas para que nuestros hijos y nietos no cometan nuestros errores?